Por Leo Moreno (@protopeople)
Las leyes de la mecánica celeste dictan que cuando dos objetos colisionan, re-definen su camino y dan paso siempre a nuevas formas y daño colateral. En 2003, Modeselektor y Apparat chocaron violentamente para ofrecerle al mundo su primer fruto, Auf Kosten der Gesundheit (“A costa de la salud”, BPitch Control) bajo el nombre de Moderat, un esfuerzo de beats complejos, bajos furiosos y algunos elementos de rap. Gernot Bronsert y Sebastian Szary, maestros del bass music, y Sascha Ring, creador de una electrónica compleja con aires pop, dieron vida a este momentum en el espacio-tiempo, a un nuevo cuerpo celeste que avanza y deja huella en aquellos que se encuentran en su trayectoria.
Por separado, este trío de genios berlineses ha estado en la escena desde la década de los noventa, y es referencia de culto en la música electrónica. Bronsert y Szary han alcanzado reconocimiento internacional con Modeselektor, tanto en medios como por parte de importantes personalidades, como Thom Yorke. Ring ha llevado a Apparat a ser considerado el epítome del sonido de Berlín con su fusión acústica y electrónica de club y pop music. A 13 años de su primer encuentro, Moderat vuelve con III (Monkeytown Records, 2016). Este es un excelente álbum en el que la música está más viva que nunca debido a que el espíritu pionero y atrevido de sus dos primeros LPs sigue ileso. En este nuevo disco, las referencias a sus previos esfuerzos son claras pero evolutivas. No se busca descubrir el hilo negro, sino fortalecer la fórmula.
El álbum debut de estas dos powerhouses, Moderat (BPitch Control, 2009), contó con diversas colaboraciones vocales: desde rap californiano y reggae alemán hasta dub poetry. Un claro ejemplo de la apertura y diversificación que pueden alcanzar estos pesos pesados. Los bajos que retumban como si vinieran desde el sótano y las sutiles melodías que flotan en el ambiente son un perfecto ejemplo del equilibrio sonoro que ofrece Moderat. II (Monkeytown Records, 2013), segundo álbum de estudio, cuenta con un sonido más maduro, refinado e irresistible. Con temas para el dancefloor o para los audífonos, predominan sonidos ambient que se convierten en un enjambre del que sólo se puede escapar a través de los synths y líneas melódicas que crecen y no hartan, a pesar de la repetición. Aunque III no es tan agresivo como lo anterior, igual está creado para generar ese sentimiento de catarsis a altas horas de la madrugada.
https://www.youtube.com/watch?v=3NPxqXMZq7o
Ajustarse perfectamente al zeitgeist es lo que hace de Moderat algo especial. En su nuevo álbum, los berlineses sorprenden con dramáticas atmósferas que conmueven, cortesía de Apparat. Perfectamente montadas sobre el complejo patrón de rápidos golpes de percusiones y bajos de Modeselektor, los elementos funcionan y danzan en armonía. A lo largo de los nueve temas que componen III, los beats podrían sostenerse fácilmente como instrumentales, pero las delicadas voces de ensueño hacen su parte con historias oscuras y vívidas descripciones.
En III también se retoman las colaboraciones vocales y la temática en contra del sistema que había quedado clara desde los discos pasados: "Robo del plato vacío del mendigo / Se lo doy al hombre gordo. Bailo en los salones de los casi locos / Orando a Dios, que está vacante de nuevo”. Esto canta una voz quebradiza en “Reminder”, sencillo de III. Con beats tribales minimalistas que crecen poco a poco para mezclarse inteligentemente con las líneas melódicas, se construye algo grandioso, una atmósfera perfecta para el coro.
https://www.youtube.com/watch?v=cJwsNUoazUg
"Puentes que arden / Iluminan mi camino", frase que suena como un mantra anti-establishment, algo que Moderat tiene bien arraigado. El video para su nuevo sencillo fue creado por el estudio berlinés Pfadfinderei (First Class Digital Shit), también responsable de los visuales en vivo de la banda. Con giras en los cinco continentes, Moderat no es sólo una banda de estudio, sino una propuesta con una estética muy bien definida. La confrontación personal o social se muestra a través de diversas técnicas en sus videos. Desde elementos artificiales y humanos en contraste contra un pitchblack, hasta animaciones con alta carga política. Desde Los dolores del mundo de Schopenhauer a través de los ojos de jóvenes berlineses atascados en la urbe, a esclavos rebeldes generados por CGI. El escape de un mundo distópico y el bombardeo de drones en el nuevo video “Reminder”. Una propuesta visual que invita a la reflexión y que motiva a seguir manteniendo viva la llama de la esperanza.
El disco abre con “Eating Hooks”, una lenta introducción de matices sonoros a modo de preparación para lo que viene. "Por qué debo esconderme / en el bosque de mi mente. Quiero salir / de entre los árboles. Medicamento, meditación / en estos ganchos que me desgarran". Un sentido de auto pésame que crece hacia el final con la lenta pero segura añadidura de texturas, marca registrada del trío germano. En “Intruder” se distinguen las delicadas melodías sobre un ritmo constante, mismo que evoluciona hasta convertirse en una especie de breakbeat, para después cerrar con armonías y arreglos de voces que parecen estar en agónica espera de una respuesta.
“Animal Trails” es un statement instrumental que genera un sentimiento de urgencia y alerta. El beat late como un corazón al que le bombean sangre los sonidos de sintetizadores que parecen hacer referencia a ruidos de animales salvajes, a un quejido que se arroja al aire sobre la construcción del tema. En realidad es un rugido de auxilio por lo que sucede con la madre naturaleza. “Running” es el tema más movido del álbum, en el que se pueden distinguir elementos dance más comunes; todo con una constancia rítmica contagiosa. "Arriba hacia la colina y abajo por el hoyo / Tú decides recorrer el camino. Así que sigo corriendo". La voz monta este recorrido en excelente forma, acompañada por una grandilocuencia de sintetizadores que acentúan lo importante, que dejan sentir al escucha el tamaño del mensaje.
En este cierre de una trilogía sobre pop electrónico, hay más cuestionamientos en las letras, lo que habla también del paso del tiempo, de las experiencias que se suman a los sonidos y de una visión específica de la actualidad. De un mundo que se come a sí mismo. De una sociedad que fija la mirada en lo superfluo. De un status quo tecnológico pero primitivo. De la sensación de que cada paso que damos hacia adelante en conocimiento, son diez hacia atrás en humanidad.
Beats llenos de seriedad, infestados de melancolía. Bajos que prometen una explosiva esperanza y un enorme catálogo de melodías que hacen de lo digital algo muy humano. Como si se extrañara al futuro: nostalgia por algo que aún no sucede. Así suena III de Moderat, propuesta que continúa su camino en el espacio-tiempo hasta llegar a su próxima colisión.