Hoppo! De concierto a acto político para despertar conciencias
Las noches en el bajío mexicano son despejadas, el cielo se asemeja a un lienzo que está a la expectativa a que un pintor pose su ojo y su pincel sobre su superficie. La atmósfera es tranquila, callada, quieta; sin embargo, hay ocasiones en las que un vendaval trastorna el tedio de lo cotidiano y rompe con sus airados vientos al imperio de lo taciturno.
Rubén Albarrán es una de las figuras más polifacéticas de la escena musical mexicana e incluso latinoamericana, su inquietud es el motor que lo ha llevado a explorar múltiples aristas y perspectivas dentro de la industria. No hay límite visible para el tacubo más mediático y fecundo. Camaleónico es el adjetivo que mejor describe el quehacer artístico del oriundo del otrora DF, prueba de ello son los diversos alias y personalidades que adquiere en las diferentes producciones del Café Tacvba, o más recientemente, con su carrera solista que comenzó a desarrollar a lado de su esposa y posteriormente con los músicos: Carlos Icaza, Rodrigo “Chino” Aros, Giancarlo Valdebenito y Juan Pablo “Muñeco” Villanueva, juntos conforman la agrupación mexico-chilena Hoppo!
Con una Alhóndiga de Granaditas repleta, Albarrán y compañía comenzaron una homilía que apeló a enaltecer diferentes causas sociales y ecológicas. Hoppo! dictó una cátedra sobre humanismo, fraternidad y respeto hacia la Pachamama. Enfundado en un pantalón verde olivo, tenis blancos y una capa, el líder del café más famoso de México, saltó al escenario para exorcizar malas vibras y ablandar corazones por medio de su pop folk con tintes de nueva trova rica en protesta social, heredada por grandes de la canción latinoamericana como: Mercedes Sosa, Violeta Parra, Silvio Rodríguez, Daniel Viglietti, Víctor Jara y ligeras pinceladas de la obra poética de Alfonsina Storni.
¡Vamos! es el significado de Hoppo en el idioma lakota, y así fue, este sui generis combo invitó a su audiencia a recapacitar sobre la condición de los migrantes (gracias al contexto de la caravana migrante que en estos días se desplaza por territorio nacional), espontáneamente entre el público se alzaron voces que clamaban: “Todos somos migrantes”.
Rubén exhortó a los asistentes a analizar bajo otro enfoque la relación del ser humano con los animales y el medio ambiente, e hizo un llamado a explorar opciones como el veganismo.
Antes de tratar de comerte a un animal, cuídalo, dale su agüita, míralo a los ojos y hazlo tu amigo, entonces cuando te chingues tu taco no vas a poder porque es tu amigo.
A pesar de que un pequeño sector del público esperaba a que el tacubo mayor interpretara alguno de los éxitos que lo consagraron como un ícono del rock latino, Albarrán nunca cedió e interactuaba con los presentes por medio de sus discursos progresistas y cuando pedía los coros y las palmas del respetable.
Dos horas bastaron para regalar una travesía por el vasto cancionero clásico latinoamericano, el recital no dejó indiferentes a los guanajuatenses que navegaron entre la confusión y el asombro por las ideas contestatarias del líder del combo chileno-mexicano.
La universidad no sirve para nada, les enseñan puras pendejadas (...) deberían enseñarles ética.
A nosotros no nos importa el éxito ni el dinero. En realidad nos vale madre.
Aparentemente, el presupuesto de este combo se basa en la creación y convivencia entre amigos, cierto o no, los Hoppos ofrecieron un ritual chamánico musical que despertó algunas conciencias y, probablemente, modifique algunos de los malos hábitos de la sociedad capitalista hipermoderna. Música con conciencia acorde a los atribulados tiempos.
Si quieres revivir la presentación de Hoppo! puedes hacerlo a través del siguiente video, cortesía de TV4 Guanajuato: