HertzFlimmern #5: 60 años de la música electrónica en México

La quinta edición de HertzFlimmern, eventos mensuales que celebran el Año dual Alemania-México mediante música y fiesta binacional, se llevó a cabo el pasado sábado 21 de enero en el estacionamiento del Goethe-Institut Mexiko. El 43 de Tonalá en la Roma fue el epicentro del reven de la ciudad con una selección de intérpretes que fueron desde la academia, el rock en oposición convertido en transgresión sonora y pasando por diferentes viñetas de la escena techno-clubera.  

Interpretación instrumental transgresora con procesamiento electrónico

Uno de los puntos fuertes de la tarde-noche fue la interpretación de Mikrophonie 1 del compositor Karlheinz Stockhausen (1928-2007), pionero en trasponer la música con lo electrónico lo que lo convirtió en un detonador de la exacerbación de los sonidos sintetizados. Esta pieza de 1964 para Tam-tam, 2 micrófonos, 2 filtros y potenciómetros es una de las primeras presentaciones en las que se ocupa el término electronic live music para definirla.

Para su interpretación se requirió de seis músicos en 3 equipos de 2 personas: 2 encargados de manipular los filtros y potenciómetros; dos interpretando las diferentes notas excitando el tam tam con diferentes objetos cotidianos (aguja de tejer, alambres, escobillón, envase desechable de yogurth, etc) y dos encargados de operar los micrófonos unidireccionales.

 

Para el desarrollo de esta obra Stockhausen desarrolló un sistema de 36 sonidos nombrados con base en onomatopeyas, además de que el autor dejó abierto a la interpretación del ejecutante varios aspectos, tales como la selección de los utensilios; esto me lo explica Ramón del Buey, uno de los intérpretes de la pieza. Después me mostró una de las partituras para explicarnos que los efectos de sonido que se logran alejando y acercando los micrófonos al tam tam están tipíficados. Entre más arriba hay que acercarse más al instrumento.

 

El resultado en vivo fue hipnotizante. Los cuatro músicos estimulaban la superficie del plato con sonidos aparentemente aleatorios que encontraban el orden en un bonche de hojas que sólo ellos entendían. Los escuchas le dábamos sentido a esa plástica sonora únicamente con los indicios que despertaban en cada conciencia. Nadie habló, ni se movió.

 

 

 

 

Decibel vino después y le tocó inaugurar las bocas magnéticas del escenario que sonaron en el estacionamiento de lo que normalmente es una escuela de alemán. La escencia de este cuarteto pionero del new wave y el uso de sintetizadores tiene 40 años de añejamiento, experiencia que relució cuando transgredieron con sus secuencias programadas

Carlos Vivanco estimuló una cuerda como si fuera un violín y procesó el resultado, mientras tanto Robledo con su gorra característica extendió sus dedos y pulsó sus teclas. Walter Schmindt procesó su voz con circuitos de cobre  mientras disparaba con un arma falsa, como Dillinger en su escape. Alex Eisenring, el alquimista del sur de la Ciudad de México, controló todo tras su centro de mando que lleva a cada show.

Así fue el espectáculo de una banda que en algún momento tocó rock en oposición y ahora que el género fue absorbido por la industria y dejó de ser contestatario por definición, dan cátedra de rebelión con su música electrónica. Posiblemente ellos simplemente quieren crear lo que quieren escuchar y nosotros somos privilegiados por vivir en su tiempo y espacio.

 

Larga vida a Decibel.

 

Mateo Lafontaine supo retomar las ondas sonoras de donde las dejó su predecesor histórico y en el show. El momento era para Década 2 y sus treinta y tantos años de experiencia que se dicen fácil pero que requieren constancia y talento para seguir sonando frescos en el techno.

Los noctámbulos que venían con sed de un kick en cuatro cuartos bien clavado pedían a gritos el hit que cambió vidas para una generación, "Música electrónica" sonó para detonar el baile tendido por primera vez en la noche.

https://soundcloud.com/decada-2/musica-electronica-1988

 

DJ Klang se aventó un set de vinilos tremendo que revisitó el techno gótico y que además encendió a un séquito para entonces ya evidente de fanáticos del sonido clubero de los 80's que viste de negro y fuma un cigarro tras otro. Algunos traen lentes de sol y la clásica kangurera de raver.

Quise hablar con un muy Mauricio Rojas de semblante relajado que pasó sudando junto a mí, pero la promesa que me hizo con el giro de su mano y una sonrisa desde lejos no se cumplió. Probablemente ya no encontré a Klang porque para la segunda mitad de su acto la fiesta llegó a su clímax.

Cabe destacar que esta pieza del rompecabezas del techno en México además de formar parte de LLT y ser uno de los pocos mexicanos en tocar en el Love Parade Berlinés, hizo una labor radiofónica trascendente a través de 8 años que estuvo en la FM con sus diferentes programas de música electrónica.

 

 

 

 

Cuando Bishop se subió a tirar beats dio la impresión de que la trayectoria ascendente del réven empezó un lógico pero temprano descenso, el vox populli levantado decía: "lo hubieran puesto a él primero". Lo que no se había puesto a analizar el encuestado fue con qué estaba tocando el también académico del SAE Institute y parte de Oxomaoxoma. Los necios que estábamos ahí, cerquita del púlpito comprobamos que el obispo de la música electrónica estaba dando misa con dos Electribes de Korg y una mixer, nada más.

Un electribe es una caja de ritmos que tiene diferentes parámetros ajustables manualmente, además de un bulbo que le da textura al sonido. En años recientes fue relanzado por la compañía en una versión para iPad, la cual alcanzó cierta popularidad gracias a que Damon Albarn la ocupó para el disco The Fall de Gorillaz. Por si fuera poco para el revival, la marca japonesa desarrolló una versión temática de la banda de simios imaginaria.

Cabe destacar la playera del productor que le puso un siempre agradable filtro social al arte en tiempos de crisis. La remera decía: "No sólo vengas a bailar, también ven a pensar este país lo necesita"

 

 

Además de la simbólica conmemoración de la llegada de la música electrónica a nuestro país y los actos de Kampion, dj que revienta las frecuencias bajas del hip hop; Itzone, un alma de fotógrafo en cuerpo de productor que puso un set de vinilos envolvente y profundo; la juventud experimentada de AAAA y la experimentación que huye de los clasificatorios de Upgrayedd Smurphy.

La quinta edición del HertzFlimmern fue una fiesta memorable. Precisó de las tres variables necesarias de un triángulo equilátero del buen jolgorio: Actos tremendos sonando a través de buen equipo, cantidad exacta de gente (suficiente para sentirse arropado por la esfera pública, no tanta como para que no se pudiera raspar la suelas en la pista) y las 3 B's (que en este caso significan bajón bueno y barato).

Los organizadores se preocuparon por celebrar a la cultura alemana y su sincretismo con la mexicana. Esperamos con ansias las ediciones venideras de esta bonita tradición mensual.

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