El director de orquesta Gustavo Dudamel. Foto: Robert Gauthier/Los Angeles Times

Uno de los eventos que cerraron con broche de oro la edición 50 del Festival Internacional Cervantino fue el concierto de la Filarmónica de Los Ángeles bajo la batuta del reconocido director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel. Desde las 19 hrs del sábado 29 de octubre, las escalinatas del histórico Teatro Juárez recibieron a un engalanado público que esperaba con ansias esta presentación, la cual prometía ser un hito en la fiesta cervantina.

Una vez cerradas las puertas del teatro, el silencio reinó el espacio, solo para ser interrumpido por un estruendo de aplausos que le dieron la bienvenida al escenario a Dudamel y la violinista española María Dueñas, quienes se posicionaron al frente de la orquesta.

La primera pieza en el repertorio fue Altar de cuerda, escrita por la compositora mexicana Gabriela Ortiz, cuya música ha sido interpretada por orquestas y solistas de diversos lugares del mundo. Esta pieza le fue comisionada por el propio Dudamel y para interpretarla en esta ocasión se contó con la presencia de María Dueñas, quien con tan solo 19 años de edad mostró al público el virtuosismo en el violín que le ha valido premios y reconocimientos de talla internacional.

Con un vestido verde menta que sobresaltaba del resto de los vestuarios color negro en la orquesta, Dueñas logró producir gestos de asombro entre los espectadores, que seguían la desenvoltura de sus movimientos con cada solo que tocaba.

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Tras una ronda de merecidos aplausos y un breve intermedio, la segunda mitad del programa se dedicó a la Sinfonía n.1 de Gustav Mahler, compositor austro-bohemio del siglo XIX. Esta pieza es importante en la trayectoria de Dudamel, ya que fue la primera gran obra que dirigió cuando tenía tan solo 16 años de edad y estudiaba música en su natal Venezuela.

La batuta de Dudamel subía y bajaba con delicados movimientos que, casi como por arte de magia, lograban hacer surgir las más melodiosas notas. Violines, flautas, violonchelos, un arpa e incluso dos mujeres que hacían sonar copas llenas de agua conformaron esta presentación de la Filarmónica de Los Angeles, una de las orquestas más importantes a nivel mundial y que desde el 2009 es liderada por este director venezolano.

Dudamel ha sido reconocido por una visión musical que lo anima a experimentar con las posibilidades de la música de orquesta. Esto lo ha llevado a tocar con artistas como Natalia Lafourcade y Residente, además de incluir obras latinoamericanas en muchos de sus repertorios.

La función concluyó no sin un público de pie que aplaudió sin cesar durante varios minutos y que llevó a la orquesta a despedirse con dos piezas más. Al final, Dudamel mostró su agradecimiento con una cálida sonrisa y un reconocimiento a todas las personas que conforman la orquesta. Sin duda, las localidades agotadas en el Teatro Juárez ya avecinaban lo memorable que esta presentación sería y resultó ser en el festival cervantino.

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