Gustavo Cerati: Nací Para Esto (1959-2014)

*Texto publicado originalmente en El Fanzine, enero de 2012.

“No tengo la menor idea que hago yo acá pero sé que nací para esto”

Eso es lo que decía Gustavo Cerati en un concierto en Uruguay allá por el 2003 antes de cantar “Nací Para Esto”. Y para no tener idea, vaya que lo hacía muy bien, su lirica llena de ambigüedades rodeaban de cierta mística a todas sus canciones que cada quién es libre de interpretar a su manera, porque finalmente la música se trata de eso, de que cada uno le encuentre sentido a lo que el artista intenta transmitir. Cerati transmitía emociones para llevarnos a ese mundo onírico y encerrarnos en un sueño stereo del que desgraciadamente él aún no puede salir.

“No me sirven las palabras gemir es mejor”

Hablar de Gustavo no es fácil, su música habla por sí sola pero es necesario remontarnos un poco a la época en la que fue reconocido como “Artista de la década” o “Personalidad destacada de la cultura” en su ciudad natal, Buenos Aires.  No sólo fue reconocido en su país y con su gente, también lo hicieron en muchos otros países de habla hispana y angloparlantes. Se gano la admiración de otros artistas quienes buscaban colaborar con él ya sea como productor, compositor o músico; por ejemplo, Fito Paéz llego a presentarlo como “uno de los artistas más genuinos y legítimos del pop mundial” antes de cantar a su lado “Puente”. A muchos años de distancia, Gustavo no deja de recibir reconocimientos porque en solitario y en conjunto, se dedico a forjar una carrera por demás prolífica dentro y fuera del continente, esa carrera que él mismo consideraba un espejo retrovisor empañado al que últimamente no le gustaba mirar.

Se dedico a explorar sonidos, coqueteaba con todo tipo de ritmos y géneros y sin miedo los adoptaba como propios para hacer de su música algo particularmente exquisito, música que seduce por sí sola, un sonido que desde los primeros acordes lleva de la mano hasta lograr una perfecta empatía con el oyente. Esta de más tratar de adivinar lo que la letra nos quiere decir porque letra y sonido se fusionan perfectamente en la voz del cantautor argentino.

“Quiero hacer cosas imposibles”

Gustavo Cerati compartía su talento, lo mismo colaboraba con Andrés Calamaro, con Roger Waters, que con la mismísima Shakira. Cuando hablaba de su trabajo no hacía más que expresar su pasión, dedicación y profesionalismo. No olvidaba los detalles, era muy meticuloso y se notaba en cada disco.

En una entrevista dijo: “Creo que somos todos muy limitados y necesitamos sorprendernos”. Evidentemente siempre quiso sorprendernos y su legado lo demuestra, fue el único argentino en presentarse en Live Earth, se atrevió a romper las reglas de un Mtv Unplugged, le entro a los terrenos electrónicos con distintos proyectos, en 2001 hizo el soundtrack de la película independiente Más Bien en la que también actuó, reinterpretó sus éxitos en compañía de una orquesta sinfónica. La palabra límite era la única que no figuraba en su vocabulario.

“Me perdí en el viaje y nunca me sentí tan bien”

Hay quienes se dedican a interpretar sus letras y al final no las  encuentran ni poéticas ni metafóricas, pero finalmente cumplían lo que alguna vez declaró: “cambiar las reglas del juego para desde la composición y las letras decir algo nuevo”. Fuerza Natural lo llevó a terrenos insospechados, exploró sonidos folk y ritmos más movidos, menos baladas y letras más positivas, fue concebido como el álbum más libre de su carrera en donde también pretendía armar con cada sencillo un gran videoclip en forma de película.

Lo que es cierto es que si ponemos atención resultan irónicas las letras de su última producción y su accidente cerebrovascular, son las canciones más positivas que pudo haber escrito y nos lleva por ese viaje en el que evidentemente se encontraba pleno, el viento soplaba a su favor y sólo le importaba hacer el recorrido, disfrutar el trayecto era lo único que necesitaba.

Gustavo Cerati

“No me voy, me quedo aquí”

Pocos artistas son capaces de inyectarle esa magia a nuestras vidas como lo hacía Gustavo. Tratar de interpretar sus letras me parece tan absurdo como tratar de entender un acorde o una nota. Que más da si hace referencia a una muñeca inflable o a un fenómeno de la física, se trata de entender su música por si sola, considero que si una canción te transmite algún sentimiento o recuerdo, el artista ya logro algo en el público.

También es cierto que Cerati nunca negó que sus canciones tenían cierta carga sexual y eso le gustaba, decía que muchos de sus fans le confesaban haber tenido alguna experiencia íntima con sus discos, especialmente con Bocanada, sin embargo, aclaraba que no era algo que buscara en su lirica a propósito. Honestamente yo creo que sí y es algo que se agradece pues no imagino sus canciones sin ese toque sensual que te invita a pedir que alguien se tome el tiempo en desmenuzarte y sin importar nada más, ser devorado entre caníbales.

“Y gracias por venir”

Estoy segura que anécdotas entorno a su vida y carrera abundan tanto como las notas sobre su estado de salud desde el 2010. Opiniones van y vienen también, que si deberían desconectarlo, que si aún no, que si tiene cura, que si ya no hay esperanza; el caso es que ¿quienes somos nosotros para decidir sobre la vida de un ser humano?

Lo que no podemos negar es que con Gustavo Cerati, hay un antes y un después en la escena del rock latinoamericano porque le imprimía un feeling a sus canciones como nadie, porque no sólo creaba música sino toda una atmósfera y porque como bien dicen por ahí: a partir de él, tomarse un té ya no es cosa de dos y las gracias ya no son infinitas, sino totales.

A cuatro años de lucha después de un accidente cerebrovascular, Gustavo Adrián Cerati Clark descansa en su propia zona de promesas, la noticia de su fallecimiento esta mañana del 4 de septiembre estremeció a muchos y la ciudad de la furia le llorará más que nunca, pero al resto del mundo nos deja su música con un lago en el cielo como regalo.

#HastaSiempreCerati 

[ESCUCHA]: Give Us a Kiss - Nick Cave and the Bad Seeds

#GraciasCerati: Al Maestro