Guía Exprés para entrarle a Cornelius
Cornelius es uno de los productores más inventivos desde finales del siglo pasado. Tiene un estilo muy particular, pero un trabajo extenso, por eso aquí en Ibero 90.9 armamos esta pequeña guía de 10 canciones y momentos importantes, para entender quién diablos es el artista japonés.
1. Cornelius es el nombre solista de Keigo Oyamada, miembro clave de la escena llamada Shibuya Kei. Shibuya es el el distrito comercial más importante de Tokio, y de esa zona salieron una serie de agrupaciones que combinaban música J-pop, jazz, bossa, funk y hip hop, lo cual resultó en una combinación japonesa sui-generis. Bandas como Pizzicato Five, Cibo Matto o el proyecto de Tomuyuki Tanaka llamado Fantastic Plastic Machine formaron parte de esta escena Shibuya Kei. No obstante, Flipper’s Guitar (dúo entre Oyamada y Kenji Ozawa) es el grupo responsable de sentar estas bases, con una clara apelación al sonido kitsch sesentero y a los arreglos orquestados exquisitos. Un ejemplo es la canción “Young, Alive, In Love” del disco Camera Talk.
2. Flipper’s Guitar es un proyecto clave en la música indie popular. A diferencia de muchos proyectos japoneses, el Shibuya Kei y sus antecesores no fueron exportados a través de una fiebre por animé o cultura japonesa, sino por disqueras independientes como Matador, Emperor Norton o Grand Royal; es decir, el interés era puramente musical. Esto tenía una explicación muy sencilla: los grupos Shibuya Kei aludían constantemente a la cultura popular norteamericana; a programas de televisión, discos antiguos, agrupaciones antañas, etc. La forma de producción de Flipper’s Guitar sería obviamente seminal para Oyamada, quien llevaría estas ánimas culturales a las primeras producciones de Cornelius. Y para muestra, “Goodbye Our Pastel’s Badge”.
3. Tras la disolución de Flipper’s Guitar, Oyamada comenzó el proyecto solista Cornelius (llamado así por el icónico personaje de la película El Planeta de los Simios). Cornelius sería el puntapié inicial al sonido Shibuya Kei: domesticación japonesa de sonidos extranjeros (anglosajones, latinos, árabes, entre otros). Si Flipper’s Guitar fue el diseño original del género, Cornelius fue la ejecución perfecta. Una canción como “Raise Your Hands Together”, encapsula la vibra funk-alter-mundista que Cornelius popularizó en Japón y el resto del mundo. “Raise Your Hands Together”, es una de las mejores re-interpretaciones funk que el mundo nos ha dado a finales del siglo XXI.
4. Cornelius dio el primer punterazo para hacer del Shibuya Kei uno de los sonidos definitivos de los 90. El mundo cayó rendido ante esta vibra tan familiar y, aún así, tan diferente. Bajo este nuevo nombre artístico, Oyamada lanzó primero tres álbumes de estudio, destacados en Japón por su eclecticidad, pues incluían una guitarra profundamente distorsionada y un ritmo bossanova en la misma canción. No obstante, el éxito masivo llegó en el disco Fantasma, uno de los lanzamientos más importantes de los 90, que le valió comparaciones con Beck y Brian Wilson, así como un espacio asegurado en la música electrónica y alternativa mundial.
Dato curioso: casi todas las canciones del Fantasma hacen alusión a alguna banda.
5. Fantasma es un disco profundamente pop atascado en la parte más freak de los 90. Hoy en día se escucha como un producto de su época, pero aún así es innegable la efectividad que algunos de sus cortes tienen. Mientras “New Music Machine” es un furioso corte J-pop, “Star Fruits Surf Rider” se debate entre lounge, drum n bass, el noise casi copiado a Merzbow (otro increíble artista japonés) e indietronica similar a otros expertos en kitsch: Air. Una mezcla pop perfecta para el sonido más particular y terso de los 90.
Extra: revisar el genial remix que Damon Albarn hizo a esta canción.
6. Fantasma es de los álbumes mejores recordados de su década. Puede llegar a ser melancólico, furioso, triste, pero en cualquier arista es una maravilla de la producción pueril, inocente y abismalmente curiosa. Point es el primer disco bastardo de Cornelius. Hijo adoptado del sonido Shibuya Kei, Point es más bien la evolución natural de los sonidos originarios. Menos kitsch y más estudio tropical, menos furia y más armonía. Es un disco mucho más ameno, un experimento sónico para Oyamada. Tan ambicioso y desbordante de detalles que una sola escucha no le haría justicia, sino varias exploraciones. Si no creen, escuchen con audífonos la transición de “Bird Watching at Inner Forest” a “I Hate Hate”, un fundido impresionante de géneros, instrumentos y naturaleza.
7. Point estableció a Cornelius como uno de los productores más creativos de inicios del siglo XXI. El sencillo más popular del disco, “Drop”, ayudó a consolidarlo como tal, entre palpables sonidos acuáticos que humedecen el oído y una armonía sónica que rebasa lo perfecto. Con instrumentación precisa y un cuidado estereofónico irrepetible, “Drop” es posiblemente la canción insignia para la etapa tardía del productor japonés.
8. Eric Harvey, crítico musical, alguna vez llamó a Cornelius “pop de audífonos”. No podría estar más cerca de la verdad. Si Point marcó su primer alejamiento del Shibuya Kei, Sensuous (quinto álbum de estudio), sería la estaca al corazón definitiva. El obsoleto Shibuya Kei se movió a diferentes géneros y estilos. Por su parte, Cornelius comenzó a enfocarse en el ambiente y en la percepción sónica. Sensuous es el segundo disco que el productor decide mezclar en 5.1 surround (el primero fue Point) y este cuidado al detalle se nota en el primer sencillo, “Music”.
9. Sensuous marca definitivamente cuando Cornelius decidió aproximarse a sonidos melosos y mucho más introspectivos. Oyamada optó por hacer un disco con una genealogía disparatada, pues sus orígenes están mucho menos marcados, se debe interpretar más bien como una progresión natural. Beats disonantes, música arrítmica y —aún así— armonía y melodía al por mayor. Esta es la marca de los genios: aventurarse a la experimentación dejando lugar para el gusto general.
10. 11 años después de su último lanzamiento, Cornelius regresó con un disco terso y suave, irónicamente mucho más sensual que el Sensuous. El nombre Mellow Waves, no dejará mentir, se trata de un momento de madurez social para Oyamada (ya muy cerca de sus 50 años) pero la experimentación continúa: hay utilización extensa de trémolo, y en el lado no musical, Oyamada preparó una puesta en escena de realidad virtual que aún no ha lanzado. El tiempo cambió el sonido de Cornelius, pero no ha modificado su ambición, su capacidad de sorprender, y toda el alma que su música electrónica parece tener.