Guerra de bandas con Benedetti: poesía sonora
“Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor.”
¿Sabes quién escribió el fragmento anterior? ¿A qué libro pertenece? ¿En qué año fue publicado? Una pista: el autor es lationamericano, de Uruguay, para ser más precisos. ¿otra pista? El 17 de mayo del presente año se conmemoraron 10 años de su muerte. Otra: fue integrante de la generación del 45, dramaturgo, novelista, escritor y periodista. Ok, ok… quizá el fragmento que he escogido no sea tan revelador, pero después de esta pequeña semblanza espero hayas evocado en tu mente a Mario Benedetti.
Ahora bien, en cuanto a la cita, pertenece a La Tregua, obra traducida a más de 19 idiomas y con la que obtuvo un reconocimiento internacional. Pero… ¿por qué es importante traerlo a colación? Porque además de que hoy es el día de la poesía, Penguin Random House se suma a la conmemoración de su aniversario luctuoso y para ello hace una invitación a todos los proyectos musicales a escribir una canción. Ésta debe estar inspirada en la obra poética del uruguayo y se deberá participar en una guerra de bandas. Luis Álvarez “El Haragán” y Guillermo Briseño formarán parte del jurado, quienes decidirán a los cinco finalistas quienes se enfrentarán en una gran final. 15 mil pesos se llevará el ganador. ¿te interesa? Pues tienes hasta el 14 de abril para inscribirte.
Las bases completas de #SiguesAquíBenedetti las pueden consultar aquí.
Para terminar, aquí les dejo mi poema favorito de él. Mi recomendación: léanlo en voz alta. Tiene un ritmo particular, y quién sabe, en una de esas, les sirve de inspiración para meterse al concurso y sí no, leer un poema siempre resulta bonito.
Quién iba a prever que el amor, ese informal
se dedicara a ellos tan formales
mientras almorzaban por primera vez
ella muy lenta y él no tanto
y hablaban con sospechosa objetividad
de grandes temas en dos volúmenes
su sonrisa, la de ella,
era como un augurio o una fábula
su mirada, la de él, tomaba nota
de cómo eran sus ojos, los de ella,
pero sus palabras, las de él,
no se enteraban de esa dulce encuesta
como siempre o como casi siempre
la política condujo a la cultura
así que por la noche concurrieron al teatro
sin tocarse una uña o un ojal
ni siquiera una hebilla o una manga
y como a la salida hacía bastante frío
y ella no tenía medias
sólo sandalias por las que asomaban
unos dedos muy blancos e indefensos
fue preciso meterse en un boliche
y ya que el mozo demoraba tanto
ellos optaron por la confidencia
extra seca y sin hielo por favor
cuando llegaron a su casa, la de ella,
ya el frío estaba en sus labios ,los de él,
de modo que ella fábula y augurio
le dio refugio y café instantáneos
una hora apenas de biografía y nostalgias
hasta que al fin sobrevino un silencio
como se sabe en estos casos es bravo
decir algo que realmente no sobre
él probó sólo falta que me quede a dormir
y ella probó por qué no te quedas
y él no me lo digas dos veces
y ella bueno por qué no te quedas
de manera que él se quedó en principio
a besar sin usura sus pies fríos, los de ella,
después ella besó sus labios, los de él,
que a esa altura ya no estaban tan fríos
y sucesivamente así
mientras los grandes temas
dormían el sueño que ellos no durmieron.