Fumamos del porro de Lee Perry, la estela del "Upsetter"

Fumamos del porro de Lee Perry, la estela del "Upsetter"

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Hay momentos de la vida donde se vuelve gratificante rememorar esa incipiencia encantadora con la que te contactas por primera vez con algo. En este proceso es común encontrarte en el camino de los clásicos, ese resquicio por donde los sentidos contactan con un eslabón que concatenan de forma elemental con una pieza de historia, cualquiera que ésta sea.

Con el tiempo la historia se conecta con una memoria personal y se ensimisma el hecho pasado. En la música esas memorias se conectan de forma aún más contundente, hasta hacernos reír, llorar, fiestas, recordar besos, cuando se conoció a amigos, el primer porro.

Personas como el periodista musical David Toop, afirman que el rito de la música debe contemplar dos experiencias: escuchar la música como fue pensada en el estudio, y su exposición en directo. Ambas caras de la música son perfectas para el dub y esconden trás de sí además de memorias particulares, un entramado de procesos que se vuelven obsesivos para el propósito del sonido y la música.

La experimentación sobre los tracks para crear piezas nuevas, introducción o disminución de elementos que enarbolen aún más el sonido, aunado a la creatividad un productor para la manipulación de los elementos del estudio. Todo ello ha creado una subcultura que tiene que ver con el reciclaje, el remix y la reversión con implicaciones culturales tan ilimitadas como la misma creatividad disponga.

En ese punto siempre estuvo Rainford Hugh, Lee “Scratch” Perry. Existe una declaración del mismo Perry que por su delirio recae en el terreno de lo encantador. Menciona que se volvió uno de los mejores productores de música cuando trabajo en una mina en Negril, Jamaica.

“La experiencia de chocar una roca contra la pared dentro de una cueva y experimentar estas vibraciones sónicas, están conectadas con la analogía de la vibración de los instrumentos, por ejemplo una batería o escuchar la lluvia y comprender el sonido que deja” 

Esta cosmovisión sonora se vuelve fundamental en el trabajo de Perry. Su sensibilidad se alinea de forma natural con los elementos con los que se crea la música, antes de pasar a su intervención sintética, es decir su trabajo en el estudio. Lee Perry entiende la música como un todo generado por la naturalidad, y puede intervenir en cualquier punto del proceso dependiendo de lo que desee.

Fumando del porro de Lee “Scratch” Perry

Al conversar con la leyenda pensamos en que quizás sea pertinente dejar de lado los cuestionamientos específicos en torno a su trabajo, el sonido o la música. La figura de Rainford Hugh infunde un ambiente de confianza pueril, el aire a pesar de ser denso fluyó al estar con todos los miembros del Subatomic Sound System y el “Upsetter” al centro de la habitación.

Entonces Davo Peñaloza sacó un chac mool a escala y lo regaló. Sin ser explícitos algo indicaba que lo aceptaría gratificantemente. No era difícil deducirlo bajo ese gorro atiborrado de pequeñas señas iconográficas. A Perry le llaman demasiado la atención las figuras que guardan misticismo prístino.

De alguna manera se sabía que al subir las escaleras rumbo camerino, entraríamos en una cámara donde el tiempo sería relativo y a su vez fungirá como ofrenda para Lee Perry. Ya presentes en el lugar, se confirmó su personalidad delirante, fuera de coordenadas terrenales y más cerca de lo cósmico aunque agradable. 

Se sabe que es indescifrable comprender al “Scratch” y nada tenía que ver con ese gran porro que cargaba. Un cigarro cuya ganja no fue de su agrado y lo hizo evidente con su gesto. Entonces lo obsequió para todos los que quisieran fumarlo, incluyendo staff, nosotros hasta toparse con Troy, el saxofonista de la banda que con gesto galante lo hizo suyo.

Es evidente que el domingo pasado estuvimos frente a esta suerte de evangelista sonoro. Quizás en un formato más fiel (estéticamente hablando) a la esencia con la que se ubica a Perry, con una banda que asimila su producción de música con una sana perfección híbrida entre lo análogo y las secuencias de beats. 

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El Subatomic Sound System se encuentra en un punto de asimilación por demás interesante con el trabajo de Lee Perry. Además de ser la banda que acompaña al jamaiquino en Norte América, han versionado varias piezas del “Upsetter” incluyendo su icónica placa Super Ape, con lo que han logrado una oda auténtica a la reversión.

El fundador del Subatomic Sound System, Emch Subatomic ha dicho desde su perspectiva como productor, afirma que trabajar con Lee Perry representa un reto constantemente. Funge como traductor sonoro de los deseos de Perry, dentro del estudio y en directo a través del saxofón de Troy Mobius, o las percusiones del veterano Larry McDonald. “Scratch” Perry por lo menos con Subatomic se comporta como una especie de orquestador.

Es interesante pensar ahora en las facetas que la música le ha conferido a lo largo de su vida a este personaje, productor, frontman o al insertar su voz aunque no sea reconocido como un cantante prominente, su timbre lleva un ADN 100% identificable. Ya sea al estar arriba de un entarimado con Mad Professor o la misma Subatomic, o en el estudio.

Un personaje que inauguró el reggae con ese capricho llamado “People Funny Boy” en los tardíos sesenta, gracias a la composición sonora de dicho track. El mismo personaje que experimentó con la producción de tracks en su extinta Arca Negra, hasta crear algo llamado dub con su Black Board Jungle del 71. No está demás mencionar su producción en la etapa más lúcida de Marley, con The Clash o sus inclusiones con Beastie Boys o The Orb. Lee “Scratch” Perry es un ser lúcido hecho para el sonido.

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