“No conoce la ciudad de México quien desconoce sus mercados” Pablo Neruda.
En la ciudad en la que “todo se puede encontrar”, existen mercados de todo tipo: de comida, de truque, de baratijas (y no tan baratijas) y desde 1930, en el centro de la ciudad, el mercado de antigüedades más grande del país, el Mercado de Santa Catarina”, mejor conocido como “La Lagunilla”,
Entre la calle de González Bocanegra y casi esquina con Reforma Norte se encuentra estacionado en el tiempo este desdén de maravillas que se remontan a épocas inimaginables. Durante casi cien años, sus pasillos han sido recorridos por tantos ciudadanos, como ha sido posible. Entre vecindades y callejones deambulan rumores sobre estrechas amistades con personajes tales como el ingeniero Guillermo González Camarena y la actriz María Félix, que como buenos anticuarios se dedicaban a coleccionar tantas maravillas de este lugar como les fuera posible.
En el mercado de la circunstancia se puede encontrar ropa, zapatos, música, películas, antigüedades servibles e inservibles, toca discos, LP’s, vestidos de quince años, muebles, y muchas otras cosas que solo un buen curioso puede descubrir.
Esta maravillosa compilación de recuerdos se ha convertido con el tiempo en un museo del pasado y el presente de México. La Lagunilla es un viaje en el tiempo al que se puede entrar todos los domingos durante el día y del que siempre se puede salir con algo único e interesante.
