En la entrega 89 de los premios de la Academia, donde ocurrió uno de los finales más sorpresivos de su historia; el ámbito cinematográfico coincidió con la crítica política a uno de los personajes más mencionados de la noche: Donald Trump. En presentaciones, intervenciones del anfitrión Jimmy Kimmel o discursos de aceptación; los temas de tolerancia e inclusión salieron a la luz. Desde la alfombra roja, personajes como Gael García Bernal o Viggo Mortensen anunciaban el tono que marcaría el resto del evento. La edición 89 de los Óscares inició inmediatamente con una alusión a Trump y a un país dividido, el cual ni siquiera Braveheart (Mel Gibson) podría unir.
Jimmy Kimmel como anfitrión dejó claro la crítica ante el actual mandatario estadounidense. Con frases como “quiero agradecer al presidente Trump, ¿recuerdan el año pasado cuando decían que los Óscares eran racistas? Bueno eso ya pasó, gracias a Trump”. Al igual que alusiones a la actividad en Twitter del presidente.
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El humor político fue protagonista durante la noche de la entrega. A lo largo del evento se dieron varios puntos de crítica; desde el discurso de aceptación del premio a mejor maquillaje para Suicide Squad (2016), dedicado a los inmigrantes; hasta el desliz de Warren Beatty al presentar erróneamente a la ganadora por la mejor película La la lan... perdón, Moonlight (2016).
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https://twitter.com/TNTLA/status/836083622092361728
Hubo dos momentos clave en la crítica ante Trump, debido a la relación de éste con los países de origen de los participantes. El primero fue con la premiación de The Salesman (2016), del director iraní Asghar Farhadi. En enero, gracias al Muslim Ban impuesto por el presidente americano contra ciudadanos de 7 países musulmanes, el realizador no pudo ingresar a los Estados Unidos. Como forma de protesta, Farhadi decidió no asistir a la premiación y dedicó su discurso de aceptación a la problemática:
“Siento no poder estar con ustedes esta noche. Mi ausencia es por respeto a las personas de mi país y aquellos de las otras seis naciones a las que les han faltado el respeto con la ley inhumana que prohíbe el acceso de inmigrantes a los Estados Unidos. Dividir el mundo en categorías de “nosotros” y “ellos” genera miedo. Una justificación engañosa para la agresión y la guerra. Éstas evitan la democracia y derechos humanos en países que han sido víctimas de agresión. Los cineastas pueden apuntar sus cámaras para capturar cualidades humanas compartidas y romper estereotipos de diversas nacionalidades y religiones. Crean empatía entre nosotros y otros. Empatía que necesitamos hoy más que nunca”.
Asghar Farhadi.
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El otro punto importante durante la noche fue de parte del mexicano Gael García Bernal al presentar el premio a mejor película animada. El actor previamente ha demostrado su postura contra Trump con su participación en películas como Desierto (2015) de Jonás Cuarón. En un discurso que fue recibido con una ovación de pie, defendió a los migrantes y atacó al muro del presidente gringo.
https://twitter.com/UNAM_MX/status/836058798045413376
https://twitter.com/diegoluna_/status/836051172574261250
“Como mexicano, latinoamericano, trabajador migrante, como humano, estoy en contra de cualquier forma de muro que quiera separarnos”.
Gael García.
Una noche dedicada a celebrar la industria cinematográfica norteamericana, se convirtió en punto de crítica política y lucha a favor de la tolerancia y el respeto. Donde en reiteradas ocasiones, con humor y seriedad, los reflectores se centraron en el invitado ausente más controversial: Donald J. Trump.