El Insulto: más allá de fronteras ideológicas
Por Fernanda Florees Ramírez
Cineteca Nacional
Tras haber estrenado su largometraje El insulto , ganador del Mejor Actor (Kamel el Basha) en el Festival Internacional de Cine de Venecia , el director Ziad Doueiri regresó a su departamento en París , donde recibió dos cartas: la primera expresión de la indignación del movimiento BDS ( Boicot-Desinversiones y Sanciones contra Israel ) por dicho filme, y la segunda proclamaba su primera nominación a los Óscares en la categoría de Mejor Película Extranjera . El cine de Doueiri nunca ha sido placentero, pero definitivamente siempre ha sido escuchado.
El insulto gesticula un drama judicial que significa un incidente penoso: Tony Hanna se encuentra regando las flores de su balcón, cuando por accidente tiró un poco de agua en la cabeza de un jefe de obra; en ese momento, Yasser, el capataz, se da cuenta de que hay un desagüe ilegal en el departamento de Tony y decide avisarle, tras lo que se desata una disputa que llega a los juzgados y poco a poco muestra lo cruel y orgulloso que es el ser humano cuando se lo propone Tony es un cristiano libanés y Yasser un palestino refugiado ; es decir, los estragos de la Guerra Civil Libanesa (1975-1990) han convertido a ambos en enemigos, por su religión, acento y situación económica.
«Ojalá Ariel Sharon había acabado con todos los palestinos», es el insulto detonante que grita Tony con orgullo y que sostiene sin piedad. La Guerra Civil Libanesa duró poco más de quince años y en ese tiempo el país fue el blanco del conflicto de Oriente Medio entre los pueblos cristianos, musulmanes y seculares. A pesar de que la guerra terminó, los ciudadanos se mantienen vivos de una forma multidimensional, pues se ubican como semilla, en los genes generacionales de cada uno, produciendo el efecto " bola de nieve ". Los palestinos representan poco más del 10% de la población de Líbano.
Destapando heridas políticas y masacres impunes , esta cinta explica de manera fácil e explícita el viaje psicológico que atraviesan protagonistas que con distintas ideologías intentan que nadie más sepa quién es más equivocado , transformando una muestra en signo de debilidad y no de civilización. Un problema absurdo transmutado en una crítica política-social , que demuestra que las palabras desatan las peores guerras y atraviesan las fibras más sensibles, y que muestran las personas humilladas usualmente suelen culparse a sí mismas.
SIGUIENDO La Línea de las Películas Anteriores de Doueiri, West Beirut ( À l'abri les enfants , 1998) y El atentado ( El Ataque, 2012), Este filme recaba Datos Históricos y Los Transforma en Argumentos EMOCIONALES, Tal Como Si Fuera La this Marca de agua del director: presenta una situación cotidiana que se transfigura en algo masivo, condicionando el entorno.
El insulto toma fuerza cuando llega a los tribunales, en donde un abogado defensor derechista de Tony lucha contra su hija, una defensora adelantada progresista de Yasser, un enfrentamiento que recuerda a ciertas escenas de Matar a un ruiseñor , el libro que la escritora estadounidense Harper Lee escribió hace poco más de medio siglo y en el que aborda asuntos trascendentales como la injusticia racial , los prejuicios morales y la destrucción de la inocencia .
La película más reciente de Ziad Doueiri es por momentos cruel e incómoda, y en otros sumamente empática y noble; es también, un deseo del director para que las cosas cambien, una voluntad regeneradora que se quede impregnada como un agrio sabor de boca en el público. La pólvora que ha sido regada durante décadas en los países de Oriente Medio, no deja cicatrizar heridas que se han quedado abiertas.
L'insulte / Qadiyya Raqm 23 , Líbano-Francia-Chipre-Bélgica-Estados Unidos, 2017, 112 min.
D: Ziad Doueiri.