El clímax de la mitad: el show del medio tiempo
Por Omar García Cosío
Medio tiempo: el cénit de un partido. La mitad ya está escrita, no hay marcha atrás para conocer el designio de los dioses: Hector o Aquiles. Salvo el beisbol, los deportes de conjunto encuentran en este espacio una oportunidad de entender estrategias, de reducir diferencias o dar el estoque. Sin embargo, para la industria del espectáculo y el futbol americano, este espacio se construyó como uno de los pilares en el entretenimiento satelital.
En el inicio, el show mantuvo el espíritu nativo del deporte con bandas universitarias como platillo principal, John Philip Sousa con las barras y estrellas que servían de banda sonora para las primeras postales. Una apología directa al espíritu bélico que incluso presume su lenguaje: trincheras, terreno, la “bomba”. Sin embargo, apenas en la edición VI, el corazón de este juego tuvo un primer indicio de lo que vendría después cuando Nueva Orleans dio un homenaje a Louis Armstrong con Ella Fitzgerald al frente. El juego se convertía en escenario para leyendas dentro y fuera del emparrillado.
Durante los próximos años entre 1970 y 1985, la televisión tomó la agenda y especiales construidos a modo de sketches televisivos, algunos producidos por Disney o el Radio City Music Hall rendían homenaje a distintos prismas del entretenimiento estadounidense, fuera el “arca perdida” de Indiana Jones, homenajes geográficos o el cumpleaños 40 de Snoopy.
Para finales de la década, Chubby Checker entregó la segunda muestra de un espectáculo de dimensiones épicas, Gloria Stefan una posible consolidación, pero la verdadera explosión de este espacio requirió de la “realeza” del showbiz: Michael Jackson apareció en la yarda 50 en medio de una explosión y tras ella, un minuto de expectativa. El “Rey del Pop” estático encendió la chispa de lo que hoy entendemos como el Medio Tiempo de un Super Bowl, la barrera del país, el idioma y el propio juego se derribó.
A partir de ese 1993, con algunas variaciones, artistas de primera línea se hicieron presentes con homenajes similares a los de la primera etapa. Música sureña con James Brown, ZZ Top, Motown con Boyz II Men, The Temptations y Queen Latifah e incluso mezclas con Aerosmith, Britney Spears y N’Sync compartiendo escenario.
Ya en el siglo XXI, hay dos marcas claras que surgieron bajo el cobijo de marcas que podían presumir el branding del espacio. En los primeros años, las leyendas que apelaron al público ya cautivo del juego Paul McCartney (XXXIX), The Rolling Stones (XL), Prince (XLI), Tom Petty (XLII), Bruce Springsteen (XLIII) y The Who (XLIV). Y por supuesto, el recuerdo morboso de Janet Jackson y Justin Timberlake (XXXVIII).
Desde el Super Bowl XLV con excepción de Madonna (XLVI), el mercado del Medio Tiempo buscaba otra audiencia como lo fue con The Black Eyed Peas (XLV), Beyoncé (XLVII), Bruno Mars (XLVIII), Katy Perry (XLIX), Coldplay (50), Lady Gaga (LI), Justin Timberlake (LII) y Maroon 5 (LIII).
54 años después, el mercado latino que ya había presumido apariciones como la ya mencionada Gloria Estefan o Enrique Iglesias (XXXIV). Ahora acapararán reflectores en la ciudad con mayor densidad de población latina en todo Estados Unidos (68% de acuerdo a la BBC) con dos artistas que juntas suman más de 210 millones de discos vendidos, Shakira y Jennifer López. Circunstancia que potencia su importancia si se considera el inminente clima electoral en el país y por ser uno de los pocos eventos cumbre donde quizá su clímax se encuentre en medio y no al final.