Al respecto de la exposición El Arte de la Música, las opiniones son encontradas. Es fabuloso llegar a un Palacio de Bellas Artes repleto de visitantes.
Era muy importante visitar esta muestra y analizarla sin “ojos musicales”. Así comienza el viaje del sound + vision que propone el concepto de la exhibición. La enorme instalación La trompeta de Beethoven con oreja Opus 133 de John Baldessari, recibe al visitante, quien inevitablemente queda emocionado por su mezcla de sonido y escultura en tamaño monumental. Es de hecho una de las obras más nuevas de la exposición.
Este viaje en tres fases continúa con piezas renacentistas que rescatan las enseñanzas griegas de sus clásicos y sus mitos. El viaje es acompañado por Apolo, su lira, y sus musas; continúa con Orfeo, Eurídice, y la tragedia que la envuelve.
Música - concepto - imagen, son los rectores de El Arte de la Música, que de manera cronológica a traviesa la importancia del sonido en la sociedad humana. Aquí nos encontramos piezas dedicadas a lo sacro y sus fiestas, así como las fiestas no sacramentadas, llenas de profano bullicio; bailes típicos, ausencia de sonido, arte publicitario. Piezas experimentales que rompen la “cuarta pared” entre el artista, su obra y el espectador.
Sobresalen precisamente las que gozan de carácter experimental, por el nombre de sus creadores: John Cage, Vasili Kandinsky -sinestesia es una palabra clave en El Arte de la Música-, Konrad Cramer, Kasuya Sakai. Así como el cartel de Henri de Toulouse Lautrec que presenta a “la glotona” en el Moulin Rouge.
Es de resaltar que México contribuye en esta versión adaptada al Museo del Palacio de Bellas Artes con obras de Diego Rivera o una curiosa fotografía de Juan Rulfo, que juega con la sensación de ausencia y silencio. Además del mural La fiesta de los instrumentos de José Clemente Orozco.
Enriquecedor es para el fanático al rock, terminar esta exhibición con carteles del arte pop psicodélico de los sesentas californianos.
Al mirar la exposición con “ojos musicales” comienzan las preguntas al respecto de los criterios para la curaduría de El Arte de la Música, de el por qué las obras contemporáneas, tienen por lo menos cincuenta años de antigüedad en su mayoría, y no hay menciones a artistas actuales como Banksy.
Es un hecho que el cartel de rock está contemplado como una muestra de la cultura pop del siglo XX. Sin embargo no se contempla al cover concept -o portada de disco-, como una válida propuesta de la sinestesia musical con las artes plásticas.
Es también de notarse la ausencia de la música en momentos oscuros de la humanidad, y como fue usada como instrumento de control, propaganda y hasta sometimiento -menester decir que se hayan un par de piezas que nos abren la puerta, para mirar a la música como recato y norma social, para las mujeres en épocas de antaño-.
A pesar de las encontradas opiniones que un melómano pueda hallar al final de su visita por El Arte de la Música, es obligado el reconocimiento a su hermoso catálogo, que se presentó el 30 de marzo en los murales del interior del Palacio de Bellas Artes.
Esta publicación puede ser adquirida en el mismo Museo del Palacio de Bellas Artes, y contiene todas las obras exhibidas en la exposición, incluyendo el homenaje a los Sex Pistols de Hans Burkhardt, Continental y Men of the Mall de Christian Marclay, en impresiones de tamaño completo de dos hojas.
“La museografía de la exposición es un alfa y omega: lo académico que da inicio y termina con el rock, y la psicodelia. Es como poner la aguja sobre un disco de vinyl, y que gire hasta su final.” Uriel Waizel sobre El Arte de la Música.
En la presentación de éste, el Jefe de Contenidos Musicales de Ibero 90.9, Uriel Waizel, ofreció una plática sobre sus impresiones en la museografía de la exposición:
“Ésta es como la palabra del día. El fenómeno de la sinestesia es esta facultad que tenemos para asociar sonidos con colores, sabores con memorias, olores con recuerdos. Es que al final todos los sentidos enchufan en una parte del cerebro y se almacenan de esa manera. Yo les puedo decir que al escuchar “Para Elisa” de Beethoven, a mi me sabe a sopa de lentejas ¡y no es broma!” Uriel Waizel
La música es infinita. Ocurre. Encontramos la manera de hacerla duradera, le dimos forma a todas sus gamas sinestésicas. La música es arte, inspiración para la inspiración. La música es la forma de vivir de millones. Existen las personas que no pueden vivir sin la facultad del sonido. Sin imaginar colores, olores y sabor en las notas de la “novena sinfonía”, o el repicar de un bote pateado en la banqueta. Para todos ellos, El Arte de la Música está dirigida y dedicada.
“Sin música la vida sería un error” Friedrich Nietzsche.
Galería:
-Imágenes de sala Cortesía: Museo del Palacio de Bellas Artes Fotógrafo: Adrián Villalobos
-Imágenes de catálogo Cortesía: Museo del Palacio de Bellas Artes Fotografías Liliana Estrada y Alejandro Fierros
-Imágenes de obra *Las que se indican en la pleca debajo de cada imágen
El Arte de la Música.
- Museo del Palacio de Bellas Artes (Av. Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas, C. P. 06050, Del. Cuauhtémoc, México).
- Del 11 de marzo al 5 de junio de 2016.
- Martes a domingo desde las 10:00 hrs.
- Estudiantes, maestros, INAPAM, Credencial INBA, menores de 13 años y personas con discapacidad entran gratis. El domingo la entrada es gratuita para todo el público.