'Dreamt for Light Years in the Belly of a Mountain' La última catarsis de Sparklehorse #Vintage909
En 2005, Mark Linkous, líder multinstrumentista de Sparklehorse, comenzó un trabajo catártico que sirvió como su arma principal para enfrentar una batalla contra sus propios demonios, producto de la depresión y una adicción a las drogas. Además de una lucha emocional, Mark enfrentó las secuelas de un accidente que, a finales de la década de los noventa, lo orilló a depender de una silla de ruedas y a procesos dializantes causados por una falla renal.
El resultado de esta catarsis creativa se llamó Dreamt for Light Years in the Belly of a Mountain (2006, Astralwerks), el cuarto y último álbum de Sparklehorse, antes de que Linkous decidiera terminar con su vida en marzo de 2010. Seguido del It’s a Wonderful Life (2001, Astralwerks), las grabaciones del álbum que le sucedería, atravesaron por un lento proceso de 5 años, como consecuencia de los periodos de depresión que sufría Mark y que impactaron en la concepción creativa del álbum. Sin embargo, el resultado fue un disco lleno de una inevitable melancolía, impregnada en varios de sus tracks.
Desde que inicia el LP con Don’t Take My Sunshine Away” la primera de sus 12 canciones, se vislumbra un camino lleno de veredas color ocre y matices grisáceos, con ligeros destellos que evocarán sentimientos de añoranza, y con líricas que van desde pequeños instantes nostálgicos. Hasta mensajes anti-estéticos y sin sentido, son la materia prima de este álbum.
El arte de esta cuarta producción de la banda, también hace ruido a través de sus colores. Robert Pokorny, quién diseñó un poster para una gira de Sparklehorse años anteriores, fue el responsable para crear la portada de Dreamt For Light Years In The Belly Of A Mountain. Linkous declaró años más tarde que “Pokorny tenía la habilidad de plasmar de manera visual todo lo que percibía a través de la música que escuchaba, y que desde que vio el arte sabía que sería portada de un próximo álbum”.
Así como la portada está formada por un marco antiguo color café, que encierra un collage de recortes, también contiene una carga de imágenes sonoras que son un buen ejemplo de la delicadeza y suavidad con la que canciones como “Return To Me” y “Morning Hollow” transmiten el sentimiento de Linkous durante sus últimos años de vida. Mark era persona introvertida y hasta cierto punto, un tanto ermitaño.
La mayor parte del tiempo se le veía solo y es probable que por eso muchas de sus obras fueron concebidas en su casa, lejos de un estudio. En contraste con lo anterior, este álbum contó con colaboraciones como Tom Waits (en el piano de “Morning Hollow”), Steven Drozd de Flaming Lips y el productor que empujó a que este proyecto tuviera continuidad durante esos 5 años de grabación, el reconocido Danger Mouse (además de Dave Fridmann, productor de Mercury Rev y Flaming Lips).
El álbum cierra de una manera peculiar con la canción que da título a este álbum. Un track de 10 minutos y que invita a que quien lo escuche, dibuje en su mente el escenario que se encontraba en el imaginario de Mark Linkous. A encontrarse con la geografía que cada rasgueo de la guitarra acerca a esa montaña donde quizá, ahora Mark Linkous habite. Que en ese ombligo haya encontrado la paz que durante los últimos diez años de su vida, nunca pudo encontrar.