Disco del 2022 #2: Debut de Wet Leg
"¿Tu muffin tiene mantequilla? ¿Quieres que asignemos a alguien para que le ponga mantequilla a tu muffin?"
Así, con una referencia sacada de una chick flick dosmilera que nos lleva de vuelta a la secundaria es que Rhian Teasdale y Hester Chambers reclamaron la atención de propios y extraños a mediados del 2021. "Chaise Lounge" fue solo la primera prueba de la nueva sensación de Inglaterra, el álbum debut homónimo de Wet Leg.
Originarias de la Isla de Wight, en la costa sur del Reino, este par de amigas habían coqueteado con la idea de hacer música desde que se conocieron en la Universidad local, hace una década, pero nunca habían concretado nada. Fue hasta 2019 que, tras ver una presentación de Idles (gracias John Talbot también por esto) que decidieron tomar en serio la idea y crearon Wet Leg con algo muy claro en mente: lo que harían debía ser divertido, tanto para ellas como para quienes les escucharan.
Luego llegó el 2020, con sus fatídicos eventos. Rhian y Hester decidieron aprovechar para darle vida a la banda y, de forma DIY, grabaron el tema que abrió el presente texto, así como filmar en la casa de Hester el video con el que se dio a conocer y del que todo mundo habla.
Fue tal el impacto que con solo una canción y un par de demos bajo el brazo fueron contactadas y firmadas por Domino Records y empezaron a trabajar de forma determinada en el que sería su primer álbum con el productor Dan Carey, una de las manos productoras de la nueva ola de post punk inglés que ha tomado por asalto el mundo en los últimos años con bandas como Squid, Fontaines DC y black midi.
La labor del londinense no ha sido vana ya que, así como les ha dado rumbo a las tres agrupaciones previamente mencionadas, a Rhian y Hester también les encamina hacia su sonido que podríamos describir como "música triste para personas fiesteras y música de fiesta para personas tristes".
Más allá del sencillo (que ya no volveré a mencionar para no pecar de reiterativo), en los 12 cortes de la producción podemos encontrar vivencias personales –como podría ser un álbum de Phoebe Bridgers o de Courtney Barnett pero con enfoques agradables– que atrapan con sus melodías vividas. Desde las canciones dedicados a la antigua pareja que no dejó más problemas y devastación que cosas buenas detrás ("Ur Mum" y "Piece of Shit"), hasta aquellas que cuestionan la constante necesidad de aprobación por medio de redes sociales que parecen imperar en nuestra vida, apartándonos de la dicha que acompaña el disfrutar el momento ("Angelica" y "Too Late Now") y todo en canciones de corta duración que puedes tener en repetición aún cuando el álbum ha terminado de sonar.
Wet Leg es el debut con el que muchos podrían soñar: un álbum con el que te sientes a gusto, con el que te divertiste desde su concepción hasta su ejecución y con el que tomas un más que merecido lugar en un movimiento musical cada vez más grande y poblado pero que justo necesitaba eso, diversión.