De Semana Santa, Jesús en la pantalla y otras blasfemias
Crecer dentro del seno de un hogar católico tiene ciertas ventajas (a pesar de todos los sinsabores y prejuicios que puedes adquirir), la más notoria es gozar de dos semanas de vacaciones –o una, depende de la edad que se posea y el grado de baquetonería que se tenga– y todo gracias a la celebración (yep, celebración, no conmemoración, esto cada día se asemeja más a una bacanal) de la Semana Santa. El martirio de un joven carpintero que fue crucificado por su propio pueblo, es ahora motivo de fritangas, borracheras maratónicas, "tepetongazos" y una que otra parada en la iglesia o en la representación del Vía Crucis de su preferencia.
Hogar mexicano que se respeta tiene dentro de su imaginario colectivo la "bonita" costumbre de mirar películas que centran su trama en la vida y milagros de Jesús de Nazaret, en su defecto las siempre presentes y ya clásicos: Los diez mandamientos, Ben-Hur (donde aparece un memorable Charlton Heston) o El manto sagrado, cortesía de la estrambótica y decadente televisión abierta mexicana. Entre el aroma del bacalao, romeritos, arroz , mojarras y otras delicias de la temporada, desfilan ante nuestros ojos escenas de la vida en los tiempos de Yisus.
Confiésalo, al menos una vez en tu vida, por más ateo que te sientas, has mirado cine con temática religiosa y está bien. El siguiente recuento recorrerá un camino alterno a la cinematografía estándar que se enfoca en las peripecias del hijo de Dios, obviamente repasaremos obras clásicas que definieron al personaje que devino en punta de lanza de toda una religión y sus diversas y sui generis ramificaciones. Este recuento obedece a los caprichos (y deficiencias) de mi mente, así que podrá no apegarse a una cronología lineal, mucho menos a un gusto refinado.
El evangelio según San Mateo (1964) es obra de la mente del inquieto Pier Paolo Pasolini, sí, muchachos, el director homosexual italiano se aventuró a contar la historia que cambió al mundo (o buena parte de él). Ya se imaginarán el escándalo que se suscitó en el Vaticano cuando se enteraron que el director italiano abordaría la vida del "rey de reyes". Fiel a su estilo, Pasolini reclutó para el papel de Jesús a un joven sindicalista catalán, estudiante de literatura y férreo opositor de Franco (faltaba más), llamado Enrique Irazoque de tan sólo 19 años.
En el terreno local, cómo olvidar la tremebunda y grandilocuente actuación de Enrique Rambal en El mártir del calvario (1952), una de las consentidas de las "cabecitas blancas" y clásico del canal 9, allá por los años noventa.
Robert Powell, tal vez el nombre no te diga nada, sin embargo, es el actor encargado de representar al "Alfa y Omega" en la serie Jesús de Nazaret (1977) obra concebida como miniserie (ya sé, no es cine) y dirigida por Franco Zeffirelli. Quizá sea la producción audiovisual más vista en semana santa. Televisa se encargó de poner a la figura de Powell como el Jesucristo arquetípico perfecto: blanco, occidental, ojiverde, nada más alejado de la realidad.
La visión edulcorada sobre la vida de Jesús fue mutando y tomó diversos caminos y ángulos. Los parteaguas fueron las archiconocidas: Jesucristo Superstar (sí, ésa donde Judas y la plebada tiran pasos coquetos mientras cantan), La última tentación de Cristo, aquí Martin Scorsese humaniza al hijo de Dios y lo acerca más al devenir de cualquier mortal. Para finalizar esta parte del cine más comercial y más visto, citaré la producción casi gore que atiborró y actualizó la figura de Jesús, me refiero a la sangrienta La pasión, producto de la torcida imaginación de Mel Gibson (acá entre nos, las escenas del Vía Crucis se parecen en demasía a las que describe J.J. Benitez en su best-seller de sci-fi religiosa Caballo de Troya).
Bien, después de transitar por los lugares cinematográficos comunes, toca el turno a las visiones más estentóreas, locuaces e incluso ofensivas para muchos creyentes. Este camino, creo yo, comenzó a pavimentarse con La vida de Brian (1979), cinta dirigida nada más y nada menos por el colectivo británico de inadaptados conocidos como Monty Python. La trama gira en torno a Brian, individuo que tuvo la mala suerte de nacer a escasos metros del establo donde María y José se hospedaban, a lo largo de su vida, Brian fue confundido con Jesús, incluso coincide con éste cuando dictaba el sermón de la montaña. Guerrillero y enamorado, Brian lucha en contra de la ocupación romana, no obstante, su éxito es poco o nulo y lo llevan a ser crucificado.
La generación millennial (y sucedáneos) son un público que pretende ser exquisito y exigente, por tal motivo, Jesús debe molar, actualizarse y ser cool.
Mi favorita, por mucho, es la visión ofrecida en el cortometraje Fist of Jesus (2012) cortesía del tándem de directores Adrián Cardona y David Muñoz. Mala idea mirarla en una cena de año nuevo, indudablemente indignará a gran parte de tu familia (y sacará algunas sonrisitas cómplices). Marc Velasco se pone la piel del nazareno y deleita la pupila con su jocosidad y hace pareja perfecta con Noé Blancafort, quien interpreta al escudero de Yisus, es decir Judas Iscariote. Fist of Jesus nos recuerda que es una malísima idea revivir muertos. Jesucristo se enfrenta a hordas de zombis, vaqueros y romanos únicamente con sus puños y un par de peces. ¡Chulada!
"Al menos hemos enviado a un gran número de almas al reino de mi padre"
– Jesús, Fist of Jesus
En 2003 Cristo decide (o lo mandan, no queda claro) retornar a la Tierra por segunda vez, inmediatamente éste se da cuenta que todo ha cambiado diametralmente, nadie se interesa por su presencia, mucho menos por su mensaje. Frustrado decide contratar a un asesor de imagen y se enfunda en un traje de superhéroe, es así como nace Ultrachrist.
El cine de serie B no podía quedarse ajeno a "la historia más grande jamás contada", por ello retoma a Jesús y lo presenta como un férreo cazador de vampiros, los cuales asolan este valle de lágrimas. Risas aseguradas son las que podemos esperar del adefesio visual que entraña Jesucristo, cazador de vampiros (2001). El hijo del todopoderosos se mide palmo a palmo con Blade, sin embargo tiene una gran ventaja sobre el afro-cazador, puesto que el Mesías se hace acompañar por Santo "el enmascarado de plata". Combo matador y todopoderoso.
En los terrenos del llamado cine de arte, podemos apreciar la reinterpretación de la historia de Jesús, María y José, bajo la estética del realizador francés, Jean Luc Godard. Yo te saludo, María (1987) narra la historia de una joven estudiante (María), pareja de un taxista (José), que un buen día es visitada por un elegante y desconocido ejecutivo de nombre Gabriel, quien le anuncia que está embarazada y será la futura madre del hijo de Dios. Esta cinta recibió la condena pública del papa Juan Pablo II.
"Hiere profundamente el sentimiento religioso de los creyentes y el respeto por lo sagrado"
– Juan Pablo II
Para finalizar este breve recorrido por los diversos medios audiovisuales, dejaré un par de recomendaciones extras. Se trata de Saint Young Men o Las vacaciones de Jesús y Buda (no me pregunten quién hace las traducciones) y el clásico crossover entre Jesús y Terminator. Disfruten los días santos, queridos todos.
Encuentra a Aarón Ávila en Twitter como @chicledeletras.