[DE ESTRENO] Los Miserables

Jean Valjean sale de prisión después de casi dos décadas de explotación laboral, pero viola su libertad condicional en busca de oportunidades en una era despiadada ante los de su clase. Con un nuevo código moral instaurado por un sacerdote que le brinda los recursos necesarios para comenzar otra vida, Valjean se posiciona como un burgués en un pueblo donde nadie lo conoce. A pesar del contexto aparentemente más afortunado, el hombre es perseguido por el oficial Javert y se encuentra con personas cuya desgracia aún no cesa… Se ha discutido mucho sobre la decisión del director de que los actores interpretaran las canciones en vivo, lo cual los privó de tomar sus decisiones creativas meses antes del rodaje en una cabina de grabación y recurrir al tradicional playback artificioso. Esta herramienta se posiciona como un arma de doble filo y vaya que se ejecutan ambos extremos durante toda la película. El método resulta lamentable en casos como el de Rusell Crowe, cuya habilidad vocal e interpretación definitivamente no se encuentran al mismo nivel que el de la mayoría de los miembros del elenco (asunto que en cierta manera recuerda al controversial caso de Nick Jonas en el concierto del 25º aniversario en el O2 Arena). Otros papeles que dejan qué desear son los de los Thénardier representado por Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter. A primer instancia parecía que estos actores (reunidos cinco años después de Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street) harían una labor ingeniosa como la infame pareja estrafalaria, pero al final aterrizaron como muchos de sus papeles familiares en los últimos años. Se entienden las razones por las que tal vez se integren estos actores al reparto, pero afortunadamente son más los actos que redimen la situación.

El rol protagónico de Hugh Jackman como Jean Valjean se consolida eficazmente y cataloga indudablemente como el mejor papel de su trayectoria profesional. La pareja compuesta por Cosette (Amanda Seyfried) y Marius (Eddie Redmayne) brindan el factor meloso adecuado ante la tempestad que los rodea. También se logra victoriosamente otro retrato de la juventud con el líder insurgente Enjolras, el cual es interpretado por Aaron Tveit (una de las grandes promesas actuales de Broadway por papeles como el que realizó en Next to Normal). El papel de Éponine es llevado a cabo por Samantha Barks (una joven veterana de la producción del West End y el último concierto de aniversario) con un anhelo desgarrador ante la situación del amor no correspondido. Finalmente, la mayor ovación le pertenece a la eminencia de esta entrega, Anne Hathaway como Fantine. Hathaway toma el riesgo más delicado en el filme, el cual fue atreverse a despojar todo el carácter “bonito” de "I Dreamed a Dream" (una de las canciones más populares en la historia del teatro) para realizar una entrega cruda y visceral como nunca se había hecho antes. La autenticidad y valentía presentes en esta reinvención de la pieza resultan un respiro de aire fresco en la historia de este musical que ha conmovido a millones a través de las décadas.

La ambición colosal de este proyecto resulta indiscutible, factor que ya le merece un enorme reconocimiento simplemente por la osadía que esto conlleva. A pesar de su evidente inconsistencia, Los Miserables es un trabajo que (en sus momentos de grandeza) nos recuerda la humanidad irreal que brindan los musicales, así como el estado absurdo al que estamos dispuestos a sucumbir si eso nos permite alcanzar ese nivel de emoción que nos ofrece este género de manera tan particular y cautivadora.

Pablo Falcone @ GordieJay Presenta!

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