Curtis Harding, la apoteosis del soul se apoderó del lunes capitalino

Curtis Harding, la apoteosis del soul se apoderó del lunes capitalino

La insoportable levedad de los lunes se trastocó, la anodina cotidianidad del inicio de la jornada laboral mutó gracias a los poderosos embates sonoros que emanaron del ensamble que acompañó a Curtis Harding (Michigan, 1979) en su presentación en el Foro Indie Rocks. Generalmente, la resaca que deja el domingo nos sumerge en un limbo de desidia, sensación que rehuye a las dosis adecuadas de armonías; la vida sin música sería un error (Nietzsche dixit) y Harding y compañía lo demostraron. Hechizaron, absorbieron y pervirtieron magistralmente a los melómanos que se dieron cita al banderazo de la Semana IR!.

Fotografía de: Susana Fuentes

Fotografía de: Susana Fuentes

La bacanal del soul, funk, blues y demás delicias rítmicas de la herencia afro tuvo un prólogo bien curado con la presencia de los chilangos de Peregrino, Jairus, Eric, José e Ian rompieron el silencio lunesino y regalaron un recital estruendoso, bien ejecutado, que navegó por ritmos bluseros, stoner, americana y rock folk. Calentaron el ambiente y despertaron de su modorra al público y lo alistaron para recibir la avasalladora presencia de Curtis Harding

Antes de estallar la tormenta hay unos breves instantes de calma, por un segundo el silencio impera y detiene el tiempo. Luces tenues y las sombras de cinco hombres se alargan y adueñan del escenario. Se extingue el silencio, silbidos y alaridos estallan como andanadas de fuegos artificiales. Como si se tratara de una mezcla entre el Shaft setentero y el flamante Luke Cage que encarna Mike Colter, así se lanzó al ruedo un cautivador Harding. Ataviado con una chaqueta verde militar, playera azul y jeans, el oriundo de Michigan no se guardó nada en su primera presentación en la capital del país (ya se había presentado en Valle de Bravo en 2017), inmediatamente la maquinaría del soul mostró todo su poderío.

Fotografía de: Susana Fuentes

Fotografía de: Susana Fuentes

Robert Johnson, el mismísimo genio que, según la leyenda, pactó con el diablo en la encrucijada de la autopista 61 con la 49 en Clarksdale, Missisipi, para alcanzar la perfección musical, es sólo una de las tantas afinidades electivas que habitan dentro del alma de Harding. La tradición del delta del Mississippi se suma a la satinada elegancia rítmica del padrino del soul, James Brown, tótem que ronda como un espíritu guardián la efigie de Curtis y compañía. La actitud desenfadada, festiva y de dandismo exacerbado (musicalmente hablando) se percibe en las ínfulas de Curtis Mayfield, George Clinton y Bobby Womack que se regodean en la instrumentación del combo liderado por el de Michigan. Las diversas tesituras vocales de Harding remiten al rango vocal de Marvin Gaye y Cee-Lo Green, incluso al estilo crooner de Otis Taylor. En síntesis, el virtuoso intérprete y músico norteamericano es un océano en el cual confluyen diversos cauces que lo dotan de una diversidad y polifonía envidiable. 

La monotonía de una calurosa noche de lunes se quebró con el recorrido sonoro del combo de músicos norteamericanos. La odisea musical se encaminó a placer entre Soul Power (Burger Records, 2014) y su más reciente producción Face Your Fear (Anti, 2017). "Next Time" fue el primer uppercut que soltó este fajador profesional que inició su carrera aprendiendo los himnos que su madre cantaba religiosamente en su congregación pastoral. 

Sucesiones de ganchos, jabs y cross, sin piedad fueron lanzados al público ávido e hipnotizado por Harding. ¡Échale, mi Curtis!, salió de la garganta de algún espontáneo, y como si la barrera del idioma fuera de arcilla, el cantautor presto lanzó lo mejor de su repertorio: "On And On", cimbró al respetable y detonó bailes que destilaban sensualidad, leitmotiv que prosiguió con "Keep On Shining" (que remitió a "Across 110th Street" del señorón Womack)  y "Till The End".

El periplo, que sólo duró alrededor de una hora con diez minutos, desfiló a tambor batiente, la banda se percibía cómoda (salvo un par de detalles técnicos) y así desfilaron temas como: "Need Your Love" (donde se nota toda la influencia del productor Danger Mouse y su proyecto alterno Dark Night of the Soul), "Ghost Of You", "Wednesday Morning Atonement" y "Castaway"  avivaron viejas heridas y empujaron alcohol y cerveza a gargantas sedientas y figuras taciturnas.

"Heaven's On the Other Side", "Drive My Car", "The Drive" y "Surf" también hicieron acto de presencia y dieron fe del poderío y la versatilidad de la banda. Bajo potente, omnipresente y preciso; batería machacante y elegante; la guitarra afilada, lacerante como dictan las reglas no escritas del blues;  Saxofón oportuno, de manufactura netamente blusera; órgano Hammond juguetón, preciso y, por último, la efigie de Harding erigiéndose por encima de la maquinaria perfecta con su inconfundible voz.

Fotografía de: Susana Fuentes

Fotografía de: Susana Fuentes

Curtis Harding transmutó, como un auténtico alquimista,  un aparentemente lunes anodino en un oasis sonoro que nadie, absolutamente nadie de los presentes, quisiera abandonar. La Semana IR! se engalanó y comenzó con el pie derecho, ¡albricias!

 

 

 

 

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