De Sudáfrica llega Derek Gripper, un joven guitarrista clásico que lleva décadas perfeccionando su técnica. Pero más importante que la práctica del instrumento en sí, es la concepción musical del intérprete del sur de África. En el ámbito de la música es muy común ser catalogado bajo una escuela, es decir, la manera en la que el músico fue educado, y por ende su "carácter musical". La típica disputa es entre el músico "clásico" –ordenado, fiel a las estructuras y a la armonía tradicional– y el de jazz –ordenado de manera caótica, que para oídos no familiarizados toca un lenguaje descuidado y poco refinado. Gripper ha tomado un paso hacia adelante, con intenciones de romper barreras y prejuicios. Él rechaza la distinción entre lo "clásico" y lo "folclórico", o lo "improvisado". Incluso se refirió a Bach como un gran "improvisador de música folclórica". Con su habilidad en el instrumento, el guitarrista decidió interpretar música clásica de la kora africana leyendo las piezas como un músico "clásico" leería a Bach o a Mozart. En vez de usar dos dedos para tocar las cuerdas, a la manera de un korista tradicional, el usa cuatro, así enriqueciendo las piezas y dándoles un aire completamente nuevo. Observen al músico interpretar el clásico "56", de Ali Farka Touré.
http://youtu.be/EIMrWc9Ic9s