Protesta del 28 de febrero. **Foto: Elisa Schmelkes**

Ante las noticias de la entrada de tropas rusas en Ucrania, el 24 de febrero, la comunidad ucraniana en México convocó a una protesta frente a la embajada rusa de nuestro país. A partir de entonces, todos los días han acudido entre 50 y 100 personas para exigir el cese al fuego inmediato, además de hacer un llamado a la solidaridad por parte de los pueblos de México y Rusia. El 28 de febrero la embajada respondió sonando en sus bocinas el himno ruso a todo volumen, lo que algunos manifestantes interpretaron como un acto de provocación.

La comunidad se había manifestado desde antes del inicio de la invasión. El domingo 20 de febrero, se organizó una marcha conformada por unas 150 personas, quienes marcharon pacíficamente del Monumento a la Revolución al Ángel de la Independencia en un ambiente de unidad. Clamaron “Ucrania unida jamás será vencida” y “¡Putin, deja a Ucrania en paz!”. Hubo gente trajo a toda su familia, incluso a sus mascotas. Cantaron baladas ucranianas y el himno nacional mientras marcharon por Av. Reforma con una bandera ucraniana de 30 metros de largo, junto a las y los ciclistas que suelen transitar por la avenida los domingos.

Marcha de la comunidad ucraniana del 20 de febrero de 2022 al Ángel de la Independencia.

En contraste, la protesta del 24 de febrero frente a la embajada rusa fue mucho más tensa. El rápido escalamiento de la situación en Ucrania requirió que la protesta fuera convocada de urgencia; muchas personas no pudieron asistir porque no pudieron ausentarse en sus trabajos. El ambiente era otro. Las personas llegaron enojadas, en shock, cansadas de no dormir por ver noticias y planeando posibles escenarios con sus familiares.

Las protestas han repetido varios mensajes con mucha contundencia. Se denunciaron los actos del gobierno ruso como criminales e imperialistas, en contra de la soberanía de Ucrania y de la ley internacional. Al gobierno ruso se le exige el cese al fuego inmediato y la salida de tropas rusas de Ucrania. Al pueblo ruso se le hace saber que la comunidad ucraniana no los considera su enemigo: más bien, el pueblo ruso y Ucrania tienen un enemigo en común: Vladimir Putin.

La fuerte presencia de la prensa generó una atención abrumadora, especialmente para las personas rusas que estaban presentes. En Moscú, el mismo 24 de febrero más de mil personas fueron arrestadas por salir a protestar. Algunas personas rusas en México, que se han acercado a la comunidad ucraniana, comentaron a Ibero 90.9 que la atención mediática implica un cierto riesgo la siguiente vez que vayan a visitar a sus familiares en Rusia; sin embargo sí están alzando carteles y dando entrevistas a los medios de comunicación.

Asistentes a la protesta rezan y pegan retrato de Putin sobre la puerta de la embajada rusa. **Foto: Elisa Schmelkes**

Retrato de Putin manchado con las manos de los asistentes. **Foto: Elisa Schmelkes**

Quienes se manifestaron llamaron a la comunidad mexicana a solidarizarse, a unirse a la protesta pacífica y a verificar las fuentes de las noticias que consumen. Una de los campos de batalla será el informativo, así que también pidieron a la sociedad mexicana tener cuidado con la propaganda y fuentes directamente controladas por el gobierno ruso.

Según han avanzado las hostilidades ha ido cambiando un poco el tono de las protestas. Las y los asistentes empiezan a llevar carteles que solicitan que se ayude a encontrar a sus familiares desaparecidos en ciudades como Kharkiv. El 28 de febrero, en medio de las denuncias de la violencia y los llamados por la paz y la unidad, comenzó a retumbar el himno de la Federación Rusa a todo volumen.

Un estremecimiento de cólera recorrió la protesta, y respondieron gritando “¡vergüenza, vergüenza!”. Pero el himno ruso sonó sin parar durante horas. Los manifestantes decidieron dividirse en tres grupos para enfrentar al cuerpo diplomático cuando saliera de la embajada. Varias horas después, ya entrada la noche, el cuerpo diplomático pareció decidir pasar la noche en la embajada para no enfrentar a las y los manifestantes.

Marta, una ucraniana menor de edad, ha ido a todas las protestas. Pero no podrá asistir a las demás porque solo está de visita en México. El día de hoy emprende su camino de regreso a Ucrania.