Chile: la mirada perdida… Un mes de protesta social
Fotografías de Jorge Silva, Pablo Sanhueza, Ivan Alvarado y Reuters
Miles de chilenos se han reunido para protestar en contra de las condiciones de injusticia e inequidad que están viviendo desde hace poco más de un mes.
A pesar de que se han tomado medidas para detener las marchas, los protestantes se mantienen firmes y afirman que no se detendrán hasta que el gobierno realice un cambio en el sistema y mejore las condiciones sociales.
Esta serie de manifestaciones comenzaron a mediados de octubre, cuando un grupo de estudiantes salió a protestar luego de un incremento en las cuotas del metro de Santiago, la capital del país. Este fue solamente el inicio que desencadenó diversas protestas en contra del modelo político y económico de Chile y, posteriormente, en contra de la represión policial ejercida contra los manifestantes.
Las demandas clave de las manifestaciones incluyen garantizar que haya una asamblea constitucional, pensiones más altas, salarios, atención médica asequible y educación.
"Chile se postuló como el oasis de América Latina, pero la realidad es que nunca lo fue”, dijo Akemi Matsubara, una estudiante de derecho de 21 años.
Debido a que Chile ha estado sujeto a represión y dictaduras con anterioridad, este es un tema de gran preocupación para la población, que no puede evitar recordar los miles de asesinatos, actos de tortura y desapariciones forzadas que ocurrieron entre 1973 y 1990, durante la dictadura del general Augusto Pinochet.
"Experimentamos el legado de la dictadura pero no vivimos la transición", dijo Matsubara.
En un comunicado, el presidente Sebastián Piñera dijo que el gobierno había escuchado las demandas legítimas y justas de millones de chilenos. Afirmó que los ciudadanos tendrían la última palabra sobre una nueva constitución y que el gobierno estaba dispuesto a considerar aumentar las pensiones en más del 20%.
"Somos conscientes de que las medidas que hemos anunciado y que anunciaremos no resolverán todos los problemas de inmediato", dijo Piñera. "El resultado de estas últimas cuatro semanas aún no está escrito".
Este caso ha atraído la atención de diversas Organizaciones. Un equipo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos llegó el lunes pasado para una visita de cuatro días y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos visitó Chile durante 24 días.
Al menos 24 personas han muerto como resultado de los disturbios, incluidos cinco personas asesinadas por la policía y las fuerzas militares durante un estado de emergencia en octubre. Durante el mes pasado, más de 6 mil personas han sido detenidas.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos ha presentado 58 acciones legales contra las autoridades, en su mayoría policías, por presunta violencia sexual y 246 por tortura y otros tratos crueles. El instituto también ha documentado 217 casos de hospitalización por lesiones oculares, aproximadamente el 75% de los cuales fueron causados por proyectiles durante los disturbios.
En una calle peatonal ubicada en el centro de Antofagasta, un grupo de jóvenes exhibió ojos de cartón con obras de arte y mensajes en el suelo. Esta instalación de arte sirvió a manera de protesta y fue titulada "los ojos de Chile".
"El gobierno está mutilando los ojos de la gente para que nos quedemos callados y generemos miedo. Pero esta es una generación que ya no tiene miedo de nada", dijo Silvana, una de las creadoras de la instalación artística.
Piñera condenó la violencia y la destrucción y dijo que no habría impunidad para los perpetradores. Agradeció a las fuerzas militares y policiales, pero también reconoció que hubo abusos e instancias en las que no se respetaron los derechos humanos.
En algunos casos, no se respetaron los protocolos. Hubo un uso excesivo de la fuerza. Se cometieron abusos de crímenes, dijo.
La semana pasada, el gobierno cedió parcialmente a una de las demandas de muchos movimientos: una nueva constitución. Las encuestas en las últimas semanas han mostrado consistentemente que el 80 por ciento de los chilenos apoyan reemplazar la constitución actual de la era de la dictadura.
Se celebrará un plebiscito en abril de 2020 para preguntar a los chilenos si quieren una nueva constitución y, de ser así, si prefieren que sea una convención mixta ciudadano-legislador o una convención meramente ciudadana. Si el proceso se lleva a cabo, requerirá la aprobación de dos tercios de los votos y la ratificación de un referéndum nacional.
El acuerdo ha provocado un debate en todo el país. Muchos movimientos sociales lo han rechazado, mientras que otros lo reconocen como un avance con serios desafíos y lagunas en relación con el proceso y la representación. Pero una nueva constitución es solo una de las razones por las cuales los manifestantes han estado en las calles; otras protestas persisten.
"La gente ahora quiere justicia por todos los daños y las violaciones de derechos humanos que han sido cometidos por los militares, la policía y el propio gobierno. Ninguno de los representantes allí nos representa", dijo.
Vía ALJAZEERA
