#Cervantino909 El jazz es para la noche

Fotos: FIC Trombón, piano, saxofón, percusiones y un imponente contrabajo de cinco cuerdas sobre el templete del “Trasnoche”, con su pared en bruto el club juega a proporcionar ambiente; uno aunque cavernoso, colorido. Conversaciones que se escuchan, una que otra risa, choque de vasos de vidrio y losas competentes a un club pequeño. Dentro de un marco referente a lo musical este escenario coge a la intimidad y se la apropia, y esta cercanía marca la noche cuando el menú dice jazz.

El quinteto Barry Good comenzó suave, leves toques de su interpretación de lo que llaman groove aparecieron paulatinamente. Da la impresión de que su origen austriaco los condena a una falsa percepción en torno a lo grasoso y característico de estas sonoridades negras, aunque solo fue al principio. Muchas de sus rolas se hallan inmersas en un calor sutil, como un guisado sin excedente de sazón.

And How Are You? es su acto en directo que dicho sea de paso, comparte nombre con su único disco editado, y cuyas piezas retratan el absurdo cotidiano de la sociedad actual según la visión del saxofonista y líder Lukas Schiemer. “Party” por ejemplo, es una canción que satiriza la forma en que se divierten las nuevas generaciones, es una pieza movida y por momentos saca de tono el jazz y se asume más experimental, con la inclusión de un solo de sintetizador en manos de Simon Raab.

“Smartphone” critica la ausencia de miradas uno a uno, es cantada en inglés e interviene el piano y el contrabajo como elementos protagonistas. Por momentos se posa con el alma de la clásica “You've Made Me So Very Happy”, en interpretación de Dionne Warwick. Llama la atención dentro de su repertorio “Para Lara”, aunque por más que su solo de piano incite a pensar que se trata de un tributo para el apodado “Flaco de Oro” no lo es, ya que fue escrita por Lukas en dedicación a su sobrina.

No es difícil saber dónde se posicionan sus influencias; Coltrane, Mingus, Thelonious, Ornette Coleman. Aunque su baterista ha citado con anterioridad a Dire Straits y el calor de Michael Jackson, lo que implícitamente salpica cada una de sus canciones, así como el rumbo que adquiere su actuación en directo.

Con discurso en español, Lukas incitó a abalanzar los sentidos sobre su música, con carisma, varias sonrisas y demás gesticulaciones no solo en su rostro, sino sobre su instrumento. Quizás sea propio del género, aunque se dirá a manera de adjudicación para Barry Good Jazz Quintet, y es que la mayoría de sus canciones naturalmente contienen ese ADN seductor que jala en automático al oído, y es así como el movimiento corpóreo nació aquella noche.

¡Scare me, cemetery! Dos listas de canciones fantásmicas para Día de Muertos

#Cervantino909 Revolución (es): batallas de rap en el Cervantino