Caravana Migrante: éxodo provocado por el hambre y la muerte
Los humanos siempre se han desplazado por el mundo. Desde la antigüedad, la búsqueda de mejores climas y alimentos llevo a la especie humana a moverse por todo el orbe. En la historia se fueron creando comunidades hasta llegar a la composición geopolítica actual, que implica la idea de Estado-Nación y ha formado las fronteras políticas que actualmente se quieren marcar con muros y policía fronteriza.
Por muchos siglos los humanos han soñado un mundo donde la justicia implique la vida digna para cada uno de sus integrantes, sin embargo, el sueño no ha sido cumplido porque seguimos envueltos en una vorágine de procesos económicos que implican el despojo de otros para la opulencia de algunos. Así hemos llegado a tener países de Primer Mundo hasta el Tercer Mundo.
Centroamérica, sobre todos Honduras y El Salvador, viven una crisis humanitaria enorme. Más del 60% de su población vive en la pobreza y además, están en un contexto donde la vida es cosa menor, ante tanta muerte y violaciones. De acuerdo con la BBC, para hablar de estas historias que más que un anecdotario triste debería de marcar nuestra postura política sobre si las fronteras deben ser un muro de contención para la muerte.
José María, de 39 años, tomó a su hijo de tres años y se despidió de su esposa e hija. Se unió a la Caravana Migrante porque a pesar de trabajar arduamente, no le es suficiente para mantener a su familia para lo básico, es decir, poder alimentarlos. Caminó durante siete días entre el calor y la lluvia con su hijo en brazos, al llegar a Guatemala, decidió tomar un camión de regreso a Honduras porque su hijo comenzó con ataques de asma y no quería arriesgarlo más.
Sabe que ahora algunos de sus compañeros de la Caravana Migrante ya están en Chiapas, él tiene ganas de volver a intentarlo. No porque desee romper la política exterior de ningún político, o porque desee arruinar el bonito paisaje primermundista de Estados Unidos con su pobreza. La razón es, no poder seguir soportando el hambre, de él y su familia.
No es una cosa del destino trágico que algunos tengan que sufrir el hambre mientras otros se alimentan de banquetes en bandeja de oro. Seamos conscientes que si existen países de Primer Mundo es porque los procesos de los capitales explotan los recursos y trabajo de otros, no siempre con una remuneración justa y condiciones dignas de trabajo. Es un engranaje perverso el que lleva a millones de seres humanos a migrar para poder subsistir.
Donald Trump como un político de mercadotecnia, es decir, sin interés por la construcción del bien común, pero sí por la ganancia de votos, está tomando el asunto de la Caravana Migrante como forma de hacerse publicidad para la campaña parlamentaria; tomando como una de las medidas para evitar el paso de éste éxodo humano, quitar la ayuda a Honduras. Sin embargo, los migrantes no temen a esta medida, María Azucena, vecina de José María, dice: "A nosotros no nos importa que deje de dar dinero a nuestro país, pues de cualquier forma no llega a los pobres. Pero sí le pedimos a Trump que nos abra la puertas, que no nos detenga”.
No son seres autómatas los que están gastando sus pies cargando a sus hijos deseando algo mejor, son seres humanos, que sienten, con ilusiones y sobre todo, con el mismo derecho que todos de tener una vida digna. Por eso, Irineo Mújica, director de la ONG Pueblos sin Frontera, dijo: "Esto no es una caravana, es un éxodo creado por el hambre y la muerte” .