Fotos: Lulú Urdapilleta Lluvia en un sábado por la noche y miles de adolescentes controlados por el hype de querer ver a su banda favorita hasta en frente: fue así como Enjambre reunió a toda su fanaticada el pasado 29 de agosto.
Todo empezó en punto de las 8:10 PM cuando Caloncho subió al escenario para abrir lo que sería una noche de amores de secundaria. Dio inicio con su suave tropi-pop, tocando “Bésame morenita” y “Chupetazos”, que haría al público mecerse de un lado a otro creando un ambiente cursi y meloso. Se despidió con “Palmar”, pero esta vez no cantaría solo: Mon Laferte lo acompañó en los micrófonos para culminar con lo que apenas sería el inicio de una gran noche.
Después de unos cuantos minutos y con la gente ya entrada en ambiente romántico, se apagaron las luces repentinamente. El escenario, vestido de un telón totalmente blanco que abarcaba toda la parte de atrás, anunciaba el turno de Enjambre.
Abrieron empezando con un solo de batería tocado por Ángel Sánchez, primer integrante de la banda que hizo presencia; seguido de unos riffs de guitarra sonados por Javier Mejía y así fue como poco a poco también fueron apareciendo Julián y Rafael, haciendo sonar el teclado y el bajo para un instante después Luis Humberto Navejas hacer presencia frente al micrófono. Una vez que el quinteto estaba completo empezaron el repertorio de canciones. Con “Tras la Puerta”, la banda dio la bienvenida al público con una lluvia brillante de confeti dorado, seguida por canciones como “Ausencia de cocina”, “Tulipanes” y ”Dama demencia” que empezaban a prender al público, hasta que “Visita” y “Elemento” se hicieron sonar junto con un público melancólico que movía los brazos de un lado a otro.
De pronto, un telón se interpuso entre el escenario y la gente para proyectar visuales psicodélicos mientras “Argentum”, “Hematógafo”, “Semiluna” y “Egohisteria” sonaban; luego de “Ojos tristes”, “Hombre elefante”, “Cobarde” entre otras. Un collage fotográfico con videos de momentos especiales en la vida los Enjambre se proyectaba mientras se interpretaba “Amenaza”. El público estaba totalmente asombrado y calmado cuando el tema terminó, pero rápidamente el telón cayó para dar inicio a “Dulce Soledad”, seguida de “Ciencia de la lluvia”, con las cuales el público retomó la energía. En cuanto estas canciones llegaron a su fin, Humberto Navejas hizo una pequeña pausa para dedicar “Cámara de faltas” a su fallecido ex productor de Huespedes del Orbe y continuar en la melancolía con “Enemigo” donde vasos de cerveza, y botellas con agua que salpicaban al público volaron al aire haciendo una lluvia de basura en el Palacio.
No faltaron las viejitas pero bonitas como “Manía cardíaca”, y después conmover aún más a los enamorados con “Sábado perpetuo”. El vocalista hizo una pausa más para manifestar agradecimiento y amor por sus fans, por su país y por ser el último concierto con el que cerrarían su gira Proaño; Así empezó a dar el cierre de la noche interpretando “Último tema” y “Somos ajenos”.
Las luces se volvieron a apagar como en un principio por unos instantes y ante los gritos de la gente, el grupo volvió a subir al escenario para el gran encore en el que interpretaron “Calzada proaño”, “De paso” y finalmente dijeron adiós con “Por esta razón”. Las luces del Palacio se encendieron y así fue como cada alma joven que habitaba el lugar regreso con el corazón meloso y confeti dorado en el cabello.