Marie Losier y su Bolex de 16mm
Desde su cuarto de hotel en la Ciudad de México, lista para asistir a la retrospectiva que Casa del Lago UNAM realizó sobre ella, la directora de cine Marie Losier platicó con Ibero 90.9 sobre su trayectoria en el mundo fílmico. El perfil de Losier es multifacético al presentarse en el Tate Modern, el MoMA y el Centro Georges Pompidou, así como en festivales de cine internacionales en ciudades como Berlín y Rotterdam.
La cineasta no puede ser categorizada únicamente como directora. Ya que, también es ella quien con su Bolex de 16mm graba las imágenes, el sonido, edita, crea los props y financía cada una de sus cintas.
Conocida por sus documentales sobre personas a los cuales les dedica largos períodos de tiempo para recaudar todo el contenido necesario sobre cada personaje. Diecisiete años le tomó terminar Peaches Goes Bananas (2024) y siete años en realizar Cassandro, El Exótico (2018). El cine es, tan solo uno de sus trabajos, al cual puede dedicarle tiempo de filmación durante la noche o los fines de semana. No obstante, la cámara también es su aliada para sus performances, como: Lunch Break in the Xerox Machine (2003), donde se graba copiando su cara en un escáner creando una animación.
Las películas han formado parte de su vida desde su infancia en Francia, cuando sus papás la llevaban al cine. Sin embargo, es hasta que se muda a Nueva York, para estudiar Literatura Americana, que conoce a cineastas con los que comienza a colaborar. Específicamente su amistad con el director Jonas Mekas le permite asistir al cine “Anthology film archive” donde se juntaban personalidades que pertenecen al mundo del arte. Es en este lugar conoce otro tipo de cine, el avant garde. Pero, es hasta que corta con un novio, quien le deja su Bolex, que comienza a grabar sus propias películas.
El estilo de la cineasta suele ser definido como experimental. Sin embargo, Losier afirma que no le gusta ser categorizada, “mi estilo son las películas, no hay más”. Considera que eligió el cine como su forma de expresión, donde puede hacer uso de múltiples elementos, como el sonido, las imágenes y el movimiento. Lo que más le inspira es: “encontrar diferentes personajes. Personas que suelen estar haciendo cosas, que son libres, pero que no han sido bien representadas. Que resaltan de la mayoría, que no encajan, pero que tienen un espíritu único. Me inspira rendirles un homenaje”.
La forma en que encuentra a los sujetos que filma es natural. Son personas que conoce, forma una amistad y se da cuenta que tienen una historia que contar. “Yo creo al filmarlos a ellos creando”. Así sucedió con Cassandro, El Exótico, cuando por casualidad vio un espectáculo de lucha libre y al terminar el luchador invitó a Losier a pasar detrás del escenario, donde se hicieron amigos. Cassandro la invitó a su casa en El Paso, Texas, y es ahí donde se dio cuenta que tenía una historia que filmar.
En su proceso, Losier relata que, inicia a filmar sin idea de cuál será la historia. Sabe que hay una, pero es hasta que comienza el proceso de edición que la encuentra: “luego toca editar y es una parte muy importante para mí, porque es como pintar, como un collage, ahí es donde encuentro la historia”.
Presentará su más reciente cinta, Peaches Goes Bananas, en festivales como Tribeca y se encuentra ansiosa por lograr distribuirla. Actualmente, sigue explorando historias al estar en la etapa de edición de un nuevo documental sobre una banda llamada Residence, quienes llevaban 50 años tocando sin mostrar sus caras. De igual forma, se encuentra organizando dos exposiciones de arte en Francia y comenzando a escribir su primera película de ficción, la cual es una comedia musical. Losier afirma que siempre está creando algo nuevo.