Lo bello y lo triste de Kawabata, una lenta danza de desencuentros
Por Germaine Khebzou Dabbah
Si no sabes qué leer este fin de semana pero quieres algo que te deje enganchado y sin poder despegar el ojo de la página, entonces Lo bello y lo triste de Yasunari Kawabata es para ti.
La historia sigue a Oki, un aclamado escritor, quien viaja a Kyoto para reencontrarse con Otoko, una amante del pasado a quien había dejado humillada. Otoko es ahora una pintora prodigiosa que vive con su protegida Keiko. Otoko está dispuesta a olvidar su turbulento pasado con Oki y reavivar lo que alguna vez fue, sin embargo, la joven Keiko no deja ir tan fácil y por voluntad propia decide vengar a su mentora Otoko.
Detrás de una trama completamente ensimismante encontramos reflexiones sobre las relaciones humanas, sus réplicas y ciclos; la vejez y la juventud. Yasunari Kawabata demuestra lo profundo que pueden llegar a ser temas emocionantes como la venganza y el amor, poniendo sobre el tablero personajes desarrollados que se enfrentan a sus propios fantasmas y se enredan con los ajenos.
Al mismo tiempo, pareciera que todo, desde la trama hasta los personajes y sus motivaciones, se compone de capas y reflejos, desplegando así un juego donde el pasado y el presente se difuminan para dar lugar a los impulsos de pasión y destrucción que yacen debajo de todos los involucrados.
La pluma de Kawabata muestra una destreza excepcional al crear una narrativa perfectamente hilada que, sin extenderse más de lo que necesita, hace que salgan a la superficie de manera sutil las preocupaciones que ebullen al enfrentarnos con un pasado complicado; sin embargo, el talento único del autor no deja que todo explote en un sólo impacto, sino que permite que los elementos se acomoden y los personajes se desenvuelvan en una cuidadosa y lenta danza que, como agua puesta a hervir, tarda su tiempo en estallar.