Francis Ford Coppola: hacer cine es algo personal
Por Carlos Sierra
Cuando se habla de leyendas del cine, varios nombres pueden venirnos a la mente, pero en lo personal alguien que siempre ha estado presente cuando pienso en titanes del cine, es Francis Ford Coppola.
Descendiente de padres inmigrantes italianos, Coppola ha sido un gran referente en la historia del cine en Estados Unidos, ya que a través de su mirada nos ha brindado extraordinarias historias cargadas de narrativas y estilos visuales que lo han posicionado como uno de los líderes del Nuevo Hollywood, un movimiento que cambió la forma en la que las películas eran hechas, creando un enfoque con más libertad creativa y artística.
Con tan solo mencionar algunas de sus obras maestras cómo El Padrino (I y II) y Apocalypse Now es evidente el impacto cultural que ha tenido en la cultura popular, redefiniendo el género de temas complejos y profundos cómo la familia, complejos de poder y moralidad. Todo esto sin tomar en cuenta que ha sido de los directores más galardonados de la historia con dos Palmas de Oro y dos Oscares por mejor película entre muchos premios más.
Coppola tiene 85 años de edad y continúa haciendo cine. Su más reciente proyecto Megalópolis lo ha llevado a dar un tour proyectando la película alrededor de diferentes festivales del mundo, incluyendo el Festival Internacional de Cine de Morelia al que tuve la oportunidad de asistir, por lo que cuando me enteré que el festival iba a contar con la presencia de este gran talento no pude evitar ocultar mi emoción, pero esa emoción se convirtió en nervios cuando amanecí con un correo que me solicitaba asistir a una entrevista con Francis Ford Coppola.
Cuando llegó el día de la entrevista, me citaron en el imponente Teatro Matamoros y me pidieron sentarme unos minutos esperando el momento para acceder a la sala donde se llevaría a cabo la entrevista. Ingresé a una sala donde se encontraba una mesa con una silla justo frente a donde yo me senté, sabía que en breves momentos iba a tener delante mío a uno de mis más grandes ídolos.
Dejaron al frente una botana de cacahuates y frutos secos que evidentemente no eran para mí. Finalmente, dando pequeños pasos, entró el señor Coppola a la sala y se sentó delante mío. Me comentaron que la entrevista sería cronometrada con pocos minutos de duración por lo que probablemente sólo alcanzaría a hacer dos preguntas.
Sin mayor introducción, lancé mi primera pregunta, comentando cómo él ha sido testigo de la evolución del cine que ha cambiado drásticamente a lo largo de los años, pero sin haber llegado a la pregunta Francis me interrumpió. “Déjame preguntarte, ¿qué es lo que ha cambiado?”. Al escuchar esto tuve que ocultar los nervios y contestarle cómo las audiencias hoy en día son más conscientes de su contexto pero volvió a interrumpir. “¿Contexto? A mí me parece que las audiencias quieren ver la misma película una y otra vez ¿acaso no es cierto?”.
A pesar de que me lo decía en un tono amistoso me encontraba en una especie de confrontación por lo que finalicé la pregunta mencionando que las audiencias le han dado más peso a lo que es políticamente correcto, por lo que quería saber él donde trazaba la línea entre hacer lo que fuera sin tener ninguna limitación y mantenerse políticamente correcto.
Para este punto Francis asintió. "Cómo se han hecho las películas ha sido dictado por un cierto tipo de película a la que quieren que te vuelvas adicto, de la misma manera que te vuelves adicto a una papa frita”.
Señaló la botana frente a él de la cual comía. “Así que, en mi opinión, las películas de hoy están muy limitadas; claro, están interesadas en lo políticamente correcto. No quieres ver a un hombre mayor con una mujer más joven, ni quieres ver a un personaje chino interpretado por un actor sueco, como en The Bitter Tea of General Yen, que es una de las mejores películas jamás realizadas".
Continuó dando ejemplos de interpretaciones que podrían ser consideradas políticamente incorrectas como el presidente mexicano Benito Juárez interpretado por Paul Muni. “Creo que lo políticamente correcto es muy limitante, es muy internety, lo que realmente va a definir al nuevo cine no es eso o la taquilla”.
Después procedió a hacerme otra pregunta desafiante. “¿Cuál crees que es la mejor película jamás hecha?”. Ante esta pregunta no pude evitar mostrar una risa nerviosa y contestar: El Padrino. “Mi punto es que la taquilla no tiene nada que ver con el éxito de una película, solo hay una crítica que importa, que es la prueba del tiempo, que haya pasado por varias audiencias y se continúe disfrutando y discutiendo”.
Coppola es de los directores con las filmografías más extensas y ambiciosas por lo que mi siguiente pregunta se centraba en saber qué es lo que seguía encontrando retador a la hora de hacer una película, por lo que Coppola rió y contestó: “Cuando escribes algo original y te enfrentas a la página en blanco. Tenía mucho material para escribir Megalópolis pero no sabía cómo abordarlo. En algún punto tomé 100 hojas de papel y les puse un título que decía Francis Ford Coppola’s: Megalopolis y todo estaba en blanco; pensar en todo lo que podía haber ahí era imponente. Empecé a escribirlo pero era terrible y volví a escribirlo y fue un proceso que llevó muchos años”.
Quedaba poco tiempo en el cronómetro y la entrevista estaba por finalizar, pero Francis logró conseguirnos más tiempo ordenando específicamente un Topo Chico de vidrio. Por lo que mientras sus asistentes se encontraban en una travesía por conseguirlo pude preguntarle acerca de los artistas contemporáneos que él admiraba y contestó: “Hay muchos, Denis Villeneuve, muy talentoso; me gusta mi nieta (Gia Coppola); él que hizo Joker 2, Todd Phillips; Sean Baker, que me permitió ver personas que nunca hubiera visto en Tangerine. Me gusta cualquiera que haga una película que me permita ver un mundo que normalmente no vería”.
Francis preguntó si quería hacer cine, a lo que contesté que sí. “Me parece genial, creo que los seres humanos están en su mejor momento cuando jugamos juntos, y por eso lo llamo un juego, porque hacer arte es jugar. Y claro que deberías hacer películas, pero una cosa te pido: asegúrate de que sea personal, porque solo hay uno de ti, nadie existe como tú, lo que significa que tus películas serán únicas y eso es lo que quiero hacer y lo que deberías hacer. Eso es lo que le dije a Sofía, mi hija".
Finalmente nos despedimos y salí de la sala con una sonrisa y el programa del festival autografiado por Francis Ford Coppola, quien no solo es una leyenda del cine sino también un encanto de persona. Ya en el festival logré ver la función de Megalópolis con la versión interactiva, dejándome en claro que Coppola ha logrado hacer el cine que ha querido hacer sin ninguna limitación.