El uso del hiyab como un derecho político
Por Emely Gómez
Los Juegos Olímpicos desencadenaron diferentes temas de discusión, entre ellos el uso del hiyab.
Esta prenda, de uso religioso, es un velo que cubre la cabeza, el pecho y es utilizado por las mujeres musulmanas. La reciente prohibición para las atletas musulmanas francesas en los Juegos Olímpicos ha generado un debate en torno a los derechos humanos y la libertad religiosa.
Esta medida, adoptada bajo el argumento de preservar la laicidad del Estado, ha sido interpretada por muchas de estas mujeres como un ataque directo a su identidad y fe.
Este tipo de prohibiciones no es un fenómeno aislado. En México, por ejemplo, las mujeres musulmanas también enfrentan obstáculos.
Marian Viviana Cruz, miembro del movimiento La Marea Hijabi de México, compartió su experiencia al intentar obtener su pasaporte mexicano usando el hiyab. En 2014, se le negó este derecho bajo el pretexto de "seguridad nacional", aunque las regulaciones internacionales permiten el uso del hiyab en documentos oficiales.
Cruz se encontró con la resistencia de las autoridades mexicanas, quienes en la segunda ocasión de negarle el uso de su prenda argumentaron que México es un país laico.
A pesar de que la utilización de este velo muchas veces es considerado como símbolo de opresión hacia las mujeres musulmanas, de acuerdo con Marian, el hiyab representa un acto de adoración pública, una expresión de su espiritualidad, fe y establecido en el Sagrado Corán.
“Esto tiene principalmente dos esferas, la primera es una manera de que nos reconozcan, que sepan que somos musulmanas, nuestra identidad y fe. La segunda, es poner una barrera, lo que estás viendo es solamente lo que puedes ver tú, mi privacidad y belleza es para los que me aman”.
El debate sobre el uso del hiyab demuestra también la desinformación que existe acerca de su religión, como menciona Cruz, “he notado mucho esta desinformación, que piensan que somos extranjeras, pero realmente los musulmanes estamos en todo el mundo. Y es que el islam como tal es una religión, como el cristianismo, por ejemplo, que se va expandiendo”.
Además, esto refleja un conflicto más amplio sobre el derecho de las mujeres musulmanas a vivir su fe sin ser retenidas. “El hiyab es un recordatorio a mí misma de cómo debo de vivir correctamente y adecuadamente en mi entorno”, recalcó Marian Cruz.