Después de encarnar a uno de los héroes más reconocibles en la historia del cine, Sean Connery tenía la libertad de llevar su carrera a su gusto, siempre con clase y maestría.
El cine y… Sean Connery.
Tras retirarse por primera vez de ser James Bond, Sean Connery buscaba papeles diferentes. Fue así como los alocados, lascivos y lisérgicos mediados de los 70 lo llevaron a una figura clave: John Boorman, quien tenía un plan algo desquiciado.
Boorman quería hacer una épica de ciencia ficción inspirada en Tolkien y la poesía de T.S. Eliot. Cuando Burt Reynolds no pudo sumarse, Sean Connery se unió al papel principal de Zardoz, una película de ciencia ficción como la humanidad aún no ha vuelto a ver.
Una reflexión filosófica sobre la muerte, un compilado de disfraces extraños, escenas de sexo bastante gratuitas y una idea excéntrica tras otra idea excéntrica, Zardoz tal vez no es la mejor película de Sean Connery, pero definitivamente es la más rara, una joya única en la filmografía de dos maestros.