CPD 197. Hildegarda de Bingen (8 de septiembre 2019)

CPD 197. Hildegarda de Bingen (8 de septiembre 2019)

Una de las visiones de Hildegarda, las Cuatro Estaciones. Podemos ver a Hildegarda anotando todo lo que ve en la esquina inferior izquierda.

Una de las visiones de Hildegarda, las Cuatro Estaciones. Podemos ver a Hildegarda anotando todo lo que ve en la esquina inferior izquierda.

Hildegarda de Bingen fue una de las mujeres más importantes de toda la Edad Media. Es una persona que rebasa todas las escalas con las que puedas medirla. Era visionaria, profeta, escritora, filósofa, compositora y consejera de las personas más importantes de su época. Todo esto en un momento en que las mujeres no escribían ni una letra.

Playlist

(Con links a YouTube cuando la pieza está disponible)

Anónimo, s. X. Kyrie. De la Misa XI Orbis Factor. Haec Dies, dir. Ezio Aimasso

Hildegard von Bingen. Kyrie, eleison. Tiburtina Ensemble

Hildegard von Bingen. O ignee Spiritus. Per-Sonat

Hildegard von Bingen. O quam magnum. Ensemble Mediatrix

Sofia Gubaidulina. Aus den Vedisionen der Hildegard von Bingen. Stephanie Hass

Hildegard von Bingen / Martin Fröst. Ancient Suite (O virtus sapientia)

Hildegard von Bingen. Ordo Virtutum. Escena I. (versión original) Ars Choralis Coen

Felix Anima - O dulscis divinitas

Infelix Anima - O nescio

Hildegard von Bingen. Ordo Virtutum. Escena II. (Arr. Dietburg Spohr) Ensamble Belcanto

Timor Dei

Obedientia

Spes

Victoria

Hildegard von Bingen. Ordo Virtutum. Escena III. (versión original) Ars Choralis Coen

Diabolus - Que es, aut unde venio?

Castitas - O Victoria

Finale - In principio

Hildegard von Bingen. Ave Generosa. Oxford Camerata

Ola Gjeilo (sobre texto de Hildegard von Bingen). Ave Generosa. Choir of Royal Holloway.

Playlist en Spotify

En este playlist si vienen las piezas individuales del Ordo Virtutum, versión original y arreglo de Dietburg Spohr.

Notas

Hildegarda recibiendo una visión y dictándosela a su escribano.

Hildegarda recibiendo una visión y dictándosela a su escribano.

Hildegard von Bingen nació en 1098, en plena Edad Media en Alemania. Desde chica experimentaba revelaciones divinas en forma de visiones, así que la enclaustraron a los 8 años en un convento y después de eso no sabemos nada de su vida hasta que, a los 38 años, recibió una orden del Espíritu Santo de escribir sus visiones. Se convirtió en abadesa y durante 10 años se dedicó a escribir un libro gigante llamado Scivias, en el que describió y explicó detalladamente sus visiones.

En una época en que las mujeres no figuraban en la historia, el método que utilizó Hildegarda para sobresalir fue decir que sus revelaciones teológicas no eran “idea suya”, sino que provenían directamente de Dios a través del Espíritu Santo. Así, podía compartir sus revelaciones con el mundo sin alterar el “orden natural” de la sociedad medieval.

Microcosmos y macrocosmos

Hildegarda también escribió un libro de medicina medieval que fue consultado por siglos. Se llama Causae et Curae y empieza hablando de cómo toda la creación está interconectada y el cuerpo humano es un microcosmos físico y espiritual del macrocosmos del Universo. El “verdor”, la fuerza de vida eterna que fluye por los mortales, es la misma para el mundo (el “jardín”) que para el cuerpo, y ambos dependen del equilibrio de sus elementos. En el cuerpo, los cuatro humores (sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema) tenían que estar en equilibrio; y en el “jardín” también. Si algo se salía de equilibrio, ocasionaba una enfermedad.

El ser humano contiene dentro de sí al cosmos entero.

El ser humano contiene dentro de sí al cosmos entero.

O ignee Spiritus

Canción llena de imágenes místicas, escrita en el Scivias, dedicada al Espíritu Santo.

¡Oh ardiente espíritu, alabado seas, tú que trabajas y juegas en el timbal y la lira!

Tú incendias la mente humana, y por ti el tabernáculo del alma contiene su fuerza.

Pero en tu mano siempre tienes la espada para cortar la manzana mortal que ofrece su corazón negro, el homicidio.

Cuando la maldad desenfunda su espada contra tí, tú rompes su hoja dentro de su corazón, hacia el ángel caído y su torre de orgullo. Y alzas otra torre en su lugar, entre los publicanos y los pecadores.

Cada creatura toma su vida de ti, y te alaba, pues tú eres el bálsamo precioso que transforma las heridas rotas y fétidas en joyas preciosas.

Llévanos a ti.

O quam magnum

La cosmogonía femenina de Hildegarda.

La cosmogonía femenina de Hildegarda.

En esta canción se encarna la teología de lo femenino de Hildegarda. Hay dos personajes: María y Eva. La palabra “Ave”, que se usa para saludar respetuosamente a María, es “Eva” al revés, y este simbolismo le encantaba a los teólogos medievales: María llegó a restaurar el daño que hizo Eva. Pero más allá de esta primera interpretación, la mujer en este poema tiene el papel crítico de ser el portal de la revelación divina. Es a través de la forma femenina que la eternidad entra en el tiempo, que Dios entra en la tierra.

El personaje aquí no es María ni Eva, es la feminidad en sí. Al entrar Dios en María, se restaura la fecundidad sagrada de la mujer.

¡Oh, cuán grande el milagro

que en un cuerpo femenino oculto

entrara un Rey!

Dios hizo esto

Pues la humildad se alza sobre todas las cosas.

Y, ¡Oh, cuán grande la felicidad

de aquella mujer!

porque la Malicia que fluyó de la mujer [Eva]

esta mujer [María] borró.

Construyó virtudes de dulces perfumes

Y [María] adornó el cielo más

de lo que [Eva] había turbado a la tierra.

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Ordo Virtutum

Es su obra más famosa porque es la primera obra completa (no litúrgica) que sobrevive. Es una obra larguísima, pensada para que la escenificaran las monjas del convento de Hildegarda. En la obra, un alma feliz quiere volver con Dios, pero se le indica que antes tiene que pasar por las tentaciones del mundo. El alma va a la tierra y todas las virtudes se presentan, una por una, ante el Diablo. Cuando el alma regresa de su viaje por la tierra, el Diablo y las virtudes se pelean por ella, y terminan venciéndolo entre todas.

Cabe notar que el Diablo en esta obra no canta, sólo habla, porque cantar es una capacidad divina.

Al final de la obra, esto es lo que canta el coro de virtudes y almas. Recordemos que el “verdor” es la fuerza vital divina, según Hildegarda.

Al principio todas las criaturas eran verdes, 

pero luego el verdor descendió.

Mírate en el espejo de tu Padre,

Recuerda que la completitud creada en un inicio no se seca

y que tienes dentro de ti

lo que tu ojo nunca dejará

hasta que mi cuerpo esté lleno de piedras preciosas.

Padre, te muestro mis heridas, 

dobla tus rodillas hacia él

Para que estire Su mano hacia ti.”

Y en esta última palabra, “estire”, musicalmente Hildegard estira la palabra todo lo posible.

Fuentes y recursos adicionales

Sabina Flanagan, Hildegard von Bingen: A Visionary Life. Routledge, 1998.

Verónica Martínez Lira, El lenguaje secreto de Hildegard von Bingen, Fondo de Cultura Económica.

Hildegard von Bingen. In Our Time, BBC 4 Radio.

CPD 198. Guelaguetza

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