Y el Nobel de Literatura 2017 es para… Kazuo Ishiguro

Como auguramos en una nota anterior, el anuncio del ganador del Premio Nobel de Literatura 2017 nos dejó con la cara de What? Sin embargo, esta sorpresa no se debió a que el escritor galardonado fuera ajeno a los clásicos círculos literarios y editoriales o, por tratarse de un autor desconocido, originario de un país que nunca visitaremos y hablante de una lengua que nunca aprenderemos. La sorpresa se dio porque este nuevo nobel no figuraba en las listas de las casas de apuestas como sí lo hicieron Ngugi Wa Thiong’o, Margaret Atwood y, el siempre perdedor, Haruki Murakami.

En punto de las 13 hrs., hora de Estocolmo, la Academia Sueca designó al británico de origen japonés Kazuo Ishiguro como su condecorado del año 2017, “quien en sus novelas de gran fuerza emocional ha descubierto el abismo bajo nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo”, según el acta de premiación. Este narrador ha sido traducido a varios idiomas y, por lo mismo, goza de cierta fama mundial, aunque todavía es desconocido para varios. A continuación, daremos algunos apuntes importantes para conocer un poco más del nuevo nobel.

¿Quién es Kazuo Ishiguro?

Kazuo Ishiguro nació en Nagasaki, Japón, en 1954, y se mudó con su familia a la edad de 6 años cuando a su padre, oceanógrafo de oficio, le ofrecieron un empleo en Gran Bretaña. Estudió inglés y filosofía en la universidad de Kent, para luego hacer una maestría en escritura creativa en la Universidad de East Anglia. Aunque su lengua materna y de primeros pasos es el japonés, toda su producción literaria ha sido en inglés.

Ishiguro pertenece a una generación de escritores conocida como la generación Granta, después de que la revista británica publicó una antología con los mejores novelistas jóvenes de 1983. En dicha compilación, llamada Granta 7, estaban reunidos escritores que pronto destacarían en el mundo literario, ganando varios premios en el que se incluye el Booker Prize, el más importante del mercado editorial inglés. Nombres como Ian McEwan, Julian Barnes, John Banville y Salman Rushdie son algunos de los que dieron ese gran paso al reconocimiento.

Autor de sólo siete novelas, destacan Los restos del día, de 1989, y con el que ganaría el Booker ese mismo año, y que sería llevada a la pantalla grande en 1993 en una cinta protagonizada por Anthony Hopkins. Por otra parte, está Nunca me abandones (Never Let Me Go, 2005), que también ganó popularidad gracias a su versión cinematográfica con Carey Mulligan, Keira Knightley y Andrew Garfield.

https://www.youtube.com/watch?v=sXiRZhDEo8A

¿En qué contexto le dan el Nobel?

Otro de los puntos que se tocó en el artículo anterior, era la necesidad de la Academia Sueca por subsanar el desaire que provocó Bob Dylan en 2016. Una de las discusiones del año pasado fue que el cantante era demasiado popular, que podía sobrevivir con o sin premio, y que hubiera sido mejor dar a conocer a alguien que necesitara más reflectores y, de esta manera, su excelente obra fuera realmente valorada. Casos como el del Czesław Miłosz, Mo Yan, Imre Kertész, e incluso Alice Munro, son buenos ejemplos de cómo el Nobel puede también ser un acto de descubrimiento.

El resultado de este año resultó como una jugada inteligente, puesto que no se trata de un escritor best-seller, pero tampoco de un escritor de extraño fulgor por su situación geográfica y política. Ishiguro, con su colección de 7 libros, es un novelista que cumple con los estándares literarios y que al mismo tiempo puede brindar un sabor de boca agradable a quienes nunca habían oído de él o se habían resistido a su obra.

¿Un reconocimiento individual o colectivo?

Cuando le preguntaban a Carlos Fuentes si esperaba ganar algún día el Nobel (ja!), respondía que su toda su generación, el llamado Boom Latinoamericano, fue premiada cuando le entregaron la medalla a Gabriel García Márquez en 1982. Si bien otro autor de esa camada fue distinguido casi 30 años después (Mario Vargas Llosa, 2010), la Academia Sueca suele entregar sólo un reconocimiento por grupo literario.

Algunos dicen que el galardón para Kazuo Ishiguro significa la muerte de toda esperanza para Haruki Murakami porque ambos son “japoneses”. Sin embargo, si esta premiación anula las posibilidades de un Nobel para alguien, es para todos los de la Generación Granta, en específico para Salman Rushdie, que siempre ha sido un candidato, pero que sus problemas con el mundo islámico, tras la publicación de Los versos satánicos (1988), han sido impedimento para verse triunfador.

Le pasó a la generación del 27 española con Vicente Aleixandre (el menos destacado de todos), le pasará a Margaret Atwood con Alice Munro, y le pasará a los Granta. Tal vez, la excepción se encuentra en la poesía griega con los premios a Yorgos Seferis (1963) y Odysseas Elytis (1979), quienes también eclipsaron a Yannis Ritsos.

Lo que es importante saber

El mercado editorial de todo el mundo está basado en la pauta que marcan las editoriales estadounidenses y, en parte, las inglesas. De todos los libros que se venden en Estados Unidos, sólo el 5% son traducciones de todas las lenguas. Dentro de este ramo, lo que les interesa vender son libros fáciles de traducir, con un lenguaje sencillo. Nunca se atreverían a publicar un barroquismo asiático, eslavo o, incluso, español, por más que sean obras maestras.

Aunque hay grandes autores que han ganado el Nobel, también hay gigantes que nunca fueron considerados. Si bien este premio se presume como el más importante y prestigioso, no significa que ahí esté contenida la mejor literatura. Hay miles de cosas por leer y descubrir más allá de un cintillo puesto por las editoriales que diga “PREMIO NOBEL DE LITERATURA”. Hay todo un mundo que se nos niega por nuestras limitaciones lingüísticas.

https://www.youtube.com/watch?v=KFL3zXXhkhI

La Música No Es un Lugar De Odio: Sobre la Tragedia de Las Vegas

El fin del fin. A 30 años de “Strangeways, Here We Come” de The Smiths

El fin del fin. A 30 años de “Strangeways, Here We Come” de The Smiths