Todo el poder sobre The Clash
Por Iván Hernández
Mientras la economía de la Monarquía Inglesa iba en picada, un género poderoso se cocinaba dentro de las calles londinenses. Fue el 8 de abril de 1977 cuando las calles de Londres presenciaron el surgimiento de una imponente banda llamada The Clash, que se presentó con un enigmático disco debut homónimo.
A la par, The Sex Pistols daban cátedra de destrucción y explotaban lo más anárquico del punk rock, este cuarteto busco una forma más sofisticada de crear conciencia y de ser escuchados. En The Clash (1977, CBS) la calidad sonora y lírica que expresaron en 14 temas, escritos por Mick Jones y Joe Strummer, plasmaban el sentir de un pueblo en decadencia, con censura, sin oportunidades.
El sonido de The Clash era punk rock puro con acordes desgarrantes, veloces, potentes e incitantes, no hacía falta más que tres acordes para lograr un ensamble perfecto; prueba de ello es “White Riot”, que tuvo tal impacto que generó una gran controversia por, aparentemente, incitar a una guerra racial. Para esclarecer esto Mick Jones, guitarrista y compositor del tema argumentó que se llamaba a que los jóvenes blancos buscaran una buena causa para hacer disturbios, ya que los jóvenes negros tenían bastantes causas porque hacerlo.
En cuanto al arte, este estuvo a cargo del artista Roslaw Szaybo en conjunto con Kate Simon, la cual capturó la imagen de la portada, en la cual no aparecería el baterista Terry Chimes, mismo que había tomado la decisión de abandonar la banda. La fotografía fue tomada en el callejón frente a la entrada principal del edificio “Rehearsal Rehearsal” en Candem Market.
The Clash crea una atmósfera que transporta al frío londinense y aterriza con el contexto de aquella época de inestabilidad social, la cual desgarra por dentro con las tarolas crujientes; el tomb constante que simula el fuerte latir del corazón antes de arrojar un ladrillo; las letras que plasman el grito de una Inglaterra que se había quedado agazapada por la incertidumbre económica, la falta de empleos y oportunidades; el bajo y la guitarra veloces como los jóvenes que eran perseguidos por la policía y debían ser más ágiles y hábiles para evadirlos. Todo esto en conjunto hizo que el punk puro de The Clash avanzara y retumbara en todos lados, mientras sentaba los precedentes del nicho de leyenda que un par de años después consagrarían.