A principios del nuevo milenio una banda animada llamada Gorillaz robó la atención de todos los medios con su álbum debut. Con canciones como “Clint Eastwood” o “19-2000”, el proyecto alterno de Damon Albarn, frontman de Blur, tuvo un éxito desmedido al vender 6 millones de copias. A pesar de lo conseguido, la transición hacia un segundo álbum parecía complicada: Damon Albarn tenía diferencias con Blur y su álbum Think Tank resultó decepcionante; mientras Jamie Hewitt, el artista detrás de Gorillaz, planeaba el lanzamiento de una película sobre la banda que sería descartada a final de cuentas. Pero, al reunirse tras ambas fallas, Albarn y Hewitt consiguieron llevar la idea principal de la película hacía una obra musical.
Ésta no sería una labor sencilla, ya que el hecho de que los miembros de la banda fueran caricaturas complicaba el panorama: por un lado permitía una mayor libertad creativa para los músicos involucrados, pero se corría el riesgo de no ser tomados en serio. Para evitar lo segundo hubo cambios en la alineación respecto a la primera producción: los más notorios musicalmente fueron la salida de Miho Hatori, voz de Noodle, y la del productor Dan “The Automator” Nakamura.
El nuevo productor sería Danger Mouse, quien le brindaría atmósferas más oscuras al disco y volvió el sonido de la banda más complejo. Esto ayudaría a establecer el tema central del disco: un mundo enfrascado en una noche eterna donde cada track representa la confrontación contra los demonios personales.
https://www.youtube.com/watch?v=H8Qp38qT-xI
Esto quedó claro desde el primer sencillo que se liberó “Feel Good Inc.”, el cual cuenta con la participación de De La Soul. A pesar de ser el mayor éxito que la banda ha tenido hasta estos días, es una canción que habla sobre el escapismo de un sistema controlador que nubla la realidad con el mantra “Me siento bien”.
De igual manera que su previo, esta producción de Gorillaz también contaba con colaboraciones de reconocidos artistas, donde la más llamativa era la de Shaun Ryder, vocalista de los Happy Mondays, en la aclamada “Dare”. Shaun fue de gran influencia para el tema, ya que éste se renombró en base a su acento de Manchester, mismo que al leer “It’s there” sonaba “It's Dare”. Además de este cambio, también improvisó las frases más memorables de la canción: “It’s coming up”, por la lenta velocidad de la grabación original, y “I never did no harm”.
https://www.youtube.com/watch?v=uAOR6ib95kQ
La temática lúgubre del disco se mantiene líricamente con temas como “Kids With Guns”, que surgió cuando un compañero de escuela de la hija de Albarn llevó un cuchillo a clases; "Dirty Harry" y su línea "The war is over / so says the speaker with the flight suit on" que era una clara referencia hacía George Bush; o “Fire Coming Out of the Monkey’s Head”, un monólogo de Dennis Hooper sobre lo que pasará en el momento que se haya exprimido todo el combustible que queda en el planeta.
Más allá de las letras, el disco cuenta con una música engañosa. A primera escucha puede parecer simple y escasa, sin embargo resulta sumamente adecuada. Es una sinfonía que envuelve desde un funk con tintes orquestales en “Every Planet We Reach is Dead” hasta una agridulce “Last Living Souls”, sin dejar de lado la base rítmica de “November Has Come”, hasta finalizar con la fusión entre “Don’t Get Lost In Heaven” y “Demon Days” .
https://www.youtube.com/watch?v=cLnkQAeMbIM
El álbum representó la consolidación de la banda que Damon Albarn convirtió en su proyecto principal durante algunos años, además de recibir la aclamación de la crítica tanto por la cuestión musical como por todo el marketing digital que generaron. “Feel Good Inc.” ganó tanto Grammys como premios MTV, mientras que “Dare” se volvió el único #1 que la banda ha alcanzado en Reino Unido.
Demon Days fue una afortunada transición para la banda, ya que los llevó de los sonidos pop de Gorillaz al que sería su punto cumbre con The Plastic Beach. No es un disco fácil de asimilar (como lo fue el otro disco que disparó las ventas de EMI ese año, el XY de Coldplay) ya que requiere varias escuchas para apreciarse por completo pero, una vez hecho esto, resulta un verdadero deleite la obra que Damon Albarn, Jamie Hewitt y Danger Mouse nos entregaron.