#Vintage909 'Aftermath' - The Rolling Stones
Los Stones eran los malos. Los diferentes. Una especie de banda que surgió de las entrañas de la música norteamericana sureña, que hacía todo lo contrario a The Beatles, la banda del momento; expresaban insatisfacción y deseos impuros para la clase conservadora. En 1965, una carga de dinamita llegó a occidente con el riff de "Satisfatction" que Keith Richards soñó una noche de esa misma primavera. La canción se convirtió en el éxito que los catapultó a los oídos de todos.
Fue en California, en los RCA Studios, donde los Stones se asentaron para comenzar a escribir su propia historia. Después de haber caracterizado el blues, como los "chicos blancos" que tocaban ese género, Mick Jagger y Keith Richards escribieron 21 canciones para un nuevo álbum. Entre la misoginia inconsciente, la improvisación instrumental y la protesta juvenil, esos temas le dieron vida a Aftermath (Decca, 1996).
La misma disquera que había rechazado a The Beatles en sus inicios, le apostó a los londinenses y su productor Andrew Loog Oldman, para hacer un producto mercadológico con el mismo impacto que el de los de Liverpool. Para esto, los músicos tendrían que componer sus propias canciones y consolidar el simbolismo rebelde que los caracterizaba.
El álbum fue lanzado en dos versiones, la británica (UK) y la norteamericana (US), las dos con distintas portadas, diferenciadas solo por 3 tracks que en la segunda versión quedaron fuera: "Out Of Time", "Take It Or Leave It" , "What To Do", y el sencillo que lanzaron para Gran Bretaña, "Mother's Little Helper".
Fueron "Stupid Girl", "Doncha Bother Me" y "Flight 505" los temas que afianzaron esta filosofía, mientras "It's Not Easy", "I'm Waiting" y la extensa "Going Home" de 11 minutos de duración, expresaron los primeros rasgos sentimentalistas de la banda.
En su aspecto sonoro, la combinación de elementos desde lo británico, con una guitarra barroca en "Lady Jane", hasta la marimba en la jazzy "Under My Thumb", hizo del álbum una geografía de sonidos en las que el rock se mostraba como el concepto principal.
"Paint It Black" fue la metáfora perfecta para describir los años sesenta en cuanto a la vida social. La Guerra de Vietnam era un suceso que tenía hasta el cogote a los hijos de la Segunda Guerra Mundial. Para describirlo, Mick Jagger utilizó por primera vez una cita literaria: la frase "I have to turn my head until my darkness goes" tomada de Ulysses de James Joyce.
Esa perspectiva sombría del mundo sería metaforizada a través de un retrato lírico en el coro de la canción, donde la playa, las chicas debajo del sol, y las banalidades de la clase alta, contrastan con el sonido hindú del sitar de Brian Jones y las notas graves del órgano de Bill Wyman, que muestran la furia de un reclamo social en contra de la violencia.
Aftermath duró 8 semanas como No. 1 en las listas de popularidad de Estados Unidos, siendo el primer compilado original de la banda, el cual significó una etapa más en la historia de los Stones previa al Verano del amor donde publicarían el psicodélico Flowers y el tormentoso Their Satanic Majesty Request con el que culminarían su vida con Brian Jones.