Continuando con la temporada de premios hoy nos toca hablar de otra cinta multinominada y que, a menos de que sucediera algo muy extraño, se llevará un Oscar -el de mejor actor de reparto para J. K. Simmons-. La película en cuestión es Whiplash, dirigida por Damien Chazelle y que, como ha sucedido con proyectos independientes en los últimos años, es una muestra más de que no todo lo que brilla en Hollywood es resultado de grandes presupuestos.

Revelación de 2014 en festivales como el de Sundance, Whiplash habla del sueño de un joven estudiante de música que encuentra en su camino a un maestro muy especial.

Pirotécnica y brillante, inteligente y llena de giros dramáticos sorpresivos, la apuesta de Chazelle tiene en la interpretación de sus dos protagonistas y en su montaje y edición milimétricos sus principales atributos.

Aun si los pronósticos se cumplen y las múltiples nominaciones terminan en un solo premio Whiplash vale mucho la pena.

Allá ustedes si se la pierden.

Un abrazo,

El More