Por: Salvador Nito (@nito_wong)
Desde su nacimiento en 1965, la cámara Super 8 revolucionó la forma de crear vídeos caseros y ha sido la fuente de inspiración para cineastas de la talla de Steven Spielberg, Christopher Nolan y J.J. Abrams entre otros.
La Super 8 tuvo que ser retirada del mercado en 1982 debido a la aparición de las videograbadoras caseras, las cuales usaban cintas magnéticas para registrar la información visual.
El siglo XXI ha visto el inicio de un proceso de sustitución de lo análogo por lo digital. El número de cintas rodadas con las nuevas tecnologías aumentó significativamente en los últimos años, gracias a que estas herramientas facilitan y reducen los costos de la producción cinematográfica de una forma sin precedentes.
Es este proceso y la masificación de la elaboración fílmica el que ha desatado una corriente en contra de lo digital. Varios cineastas como Quentin Tarantino se han opuesto rotundamente a las nuevas tecnologías argumentando que ellas eliminan la magia del cine.
“No hay movimiento en una película, es una serie de imágenes fijas. Pero cuando muestras esas imágenes a 24 cuadros por segundo a través de una bombilla, se crea la ilusión de movimiento. Cuando vez una película (análoga) vez la ilusión del movimiento, y para mi esa ilusión está conectada a la magia del cine” - Quentin Tarantino
Ese movimiento contracorriente ha tenido como consecuencia un renacimiento en lo análogo. Películas como The Hateful 8, Star Wars VII y Spectre fueron grabadas en celuloide. Por tanto el regreso de este tipo de cámaras al mercado pretende atraer a una nueva generación de cineastas que no han tenido la oportunidad de utilizar esta clase de herramientas.
Se puede decir que el renacimiento de la cámara super 8 y el de la película análoga para el rodaje de nuevas cintas es parte de un movimiento más grande. En los últimos años la corriente vintage y retro ha generado bastante momentum. Esto se debe al carácter cíclico de la cultura.
La cultura está conformada por una combinación de movimientos, unos de carácter vanguardistas buscando romper esquemas establecidos; otros retoman e integran el pasado a su realidad actual. En un movimiento pendular ambas tendencias se alternan conforme pasa el tiempo. Así como el renacimiento implementó a los clásicos griegos, la corriente vintage revive productos, usos y hábitos de tiempos anteriores a la modernidad reciente.
La nueva Super 8 cuenta con capacidad para cintas celuloides de 15 metros, lo que es equivalente aproximadamente a 2.5 minutos de rodaje. La cámara también posee un viewfinder digital en forma de pantalla lateral así como un micrófono integrado y la posibilidad de usar lentes intercambiables.
De esta forma se busca simplificar el proceso técnico para que la única preocupación del consumidor sea la creatividad.
Varios cineastas han demostrado su apoyo por este nuevo producto.
Uno de ellos fue Steven Spielberg, quien declaró: “Para mi 8mm fue el inicio de todo, cuando pienso en 8mm pienso en las películas”.
“La noticia de que una nueva generación de cineastas podrán acceder a la misma tecnología análoga que me enamoró del cine es muy emocionante” .Christopher Nolan afirmo.
J.J. Abrams, director de Star Wars VII “Aunque se debe de aprovechar cualquier tecnología que permita contar historias visualmente, nada le gana a la película análoga”. concluyó.
El debate entre análogo y digital domina una nueva era cinematográfica. Ambas técnicas poseen distintas cualidades que representan ventajas únicas. Mientras las nuevas cámaras simplifican el método de producción al permitir rodajes en condiciones adversas y la posibilidad de grabar y borrar datos de forma más económica, la película celuloide conserva la tradición filmográfica con sus colores ricos y texturas cálidas.
La mayoría de cineastas encuentran formas para incorporar las nuevas tecnologías a la producción cinematográfica, muchos otros conservan cierto “romanticismo” ante las viejas formas de hacer cine. Ambos, tanto puristas como vanguardistas buscan coincidir en un punto medio, en el balance entre tradición e invención; el cruce exacto donde la Super 8 se encuentra.
Lo que es un hecho es que hacer cine análogamente moldea a los cineastas de formas diferentes. Al rodar con cinta, los realizadores aprenden el valor de una buena planeación y la realidad, de que cada error queda impreso en una porción de film que no puede ser borrada.
En ese sentido, la reaparición de la cámara Super 8 significa el regreso de un estilo didáctico extinto. Lo que representa la posibilidad de nueva generación de cineastas con una visión diferente y con mayor dominio de la técnica cinematográfica.
A grandes rasgos, la aparición de una nueva cámara análoga accesible permitirá a varios jóvenes experimentar con una tecnología a la cuál no habían tenido alcance. De esta forma la Super 8 podrá inspirar a una nueva generación de cineastas de la misma manera en que lo hizo hace más de 30 años.