Shostakóvich y la Universidad de Guanajuato, una protesta inmortal
La noche del viernes 22 de Octubre, en el interior del Teatro Juárez, acompañado del deslumbrante decorado estilo nazarí y junto a las medidas sanitarias que dejaron a ciertas butacas vacías, se presentó la inigualable Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG). El tema: historias selectas de amor y muerte, problemas eternos que desde antaño aquejan a la humanidad, y que nos persiguen aún en el auge del mundo contemporáneo.
Mientras que muchos han oído hablar grandes cosas del compositor y pianista soviético Dimitri Shostakóvich, pocos se imaginan pensar en sus piezas como obras de un carácter profundamente político, mucho menos cuando la temática pareciera indicar una reflexión tan sublime y épica como la que provoca enfrentarse a la propia mortalidad.
Acompañados de dos solistas, la soprano Sarah Traubel y el bajo Gleb Periazel, la OSUG llevó al campo sonoro algunos textos de Guillaume Apollinaire, Wilhelm Küchelbecker y Rainer Maria Rilke, utilizados como punto de partida por Shostakóvich para la elaboración de su Sinfonía no. 14, Op. 13, la cual es una forma de protesta velada, pues integró hábilmente poemas que fungen como crítica al autoritarismo. Así mismo, se ha mencionado que Shostakóvich utilizó esta composición para dar cuenta de las innumerables víctimas que cobró la sanguinaria política de Joseph Stalin. De este modo, Shostakóvich no solamente fue uno de los músicos más reconocidos de la Unión Soviética, sino también el más perseguido por su propio Estado.
Los versos de ópera fueron hábilmente traducidos al español para el disfrute de la audiencia, quienes completamente inmersos en cada devastante narración, nos encontrábamos al mismo tiempo implicados en el llamado que realizó la orquesta universitaria a que su rector haga caso de sus demandas en torno al aumento salarial. Dicha demanda se encontraba impresa en una pancarta situada al fondo del escenario. En este sentido, la velada transcurrió como un mensaje de resistencia encima de otro, todo integrado bajo la hábil dirección de una presentación artística inolvidable.
La OSUG es la orquesta residente por excelencia del Festival Internacional Cervantino, con impresionante talento y renombre mundial.
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