Con 75 años de vida, la mayoría de estos dedicados a convertirse en uno de los iconos de la cultura musical norteamericana del siglo XX, Bob Dylan continua vigente en la industria con Fallen Angels, pero, ¿qué más podemos esperar de un artista del tamaño y la clase de Bob Dylan? La respuesta la podemos encontrar en la sentimental y melancólica producción de este disco en doce temas clásicos compuestos por varios de los compositores más influyentes de la música estadounidense como Johnny Mercer, Harold Arlen, Sammy Cahn y Carolyn Leigh. Al igual que su predecesor, Shadows in the Night (Columbia Records, 2015 ), todas las canciones del álbum, a excepción de "Skylark", fueron grabadas por Frank Sinatra durante su etapa en Columbia. El álbum fue grabado por Al Schmitt, el magnífico especialista del sonido de Sinatra.
El álbum abre nostálgicamente con "Young at Heart", una reminisencia de la película de 1954, del mismo nombre, protagonizada por Frank Sinatra y Doris Day. "May You'll be There" continua el ambiente fino y cálido con una suave melodía adornada con sutiles arreglos de violín. En "Polka Dots and Moon Beams" juega con un lujoso y cálido jazz con acordes de guitarra disonantes que dan paso a la desgarradora "All the Way", donde de manera sublime rinde homenaje a Frank Sinatra. Para "Skylark", original de Bing Crosby, el poeta del country lleva al escucha en un viaje a los cuarenta con la combinación básica de guitarra y violín. Pese a que su voz puede ser ronca y estar dañada por décadas de cantar, además de algunos whiskys, aun se nota la belleza en temas como "Nevertheless" y "All or Nothing at All" donde la voz áspera le da un cierto encanto.
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De manera exótica Dylan viaja a los años treinta en "On a Little Street in Singapore" , fusionando la música oriental y country. Continua la retrospectiva en "It Had To be You" de 1924, tema que formó parte de la película Annie Hall de Woody Allen, en una romántica combinación de jazz y guitarra. El sencillo "Melancholy Mood" le da un tinte de introspectiva ironía, directa del corazón melancólico de Dylan, despertando esa nostálgica sensación por evocar tiempos de antaño. A lo largo de su carrera el músico, se ha caracterizado por ser una persona hermética que ha declarado que las canciones que escribe son personales.
La recta final del disco toma su cauce con la canción más rítmica del disco "That Old Black Magic", en un acelerado y elegante parafraseo, que da paso al cierre con "Come Rain or Come Shine", una declaración de amor al estilo blues, con la gran clase y categoría que no se pierden nunca, sus líricas siguen siendo desgarradoras, hilarantes y sublimes. Fallen Angels muestra la melancolía de la experiencia del gran poeta del blues y el folk, en una serie canciones de amores perdidos desde una visión sencilla pero extraordinaria, idiosincrática y romántica del siglo XX.
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