Por Pat Castañón (@patscastanon) Si se buscan citas desgarradoras que sirvan como mantras de vida, Angel Olsen puede ser de mucha ayuda. La originaria de St. Louis Missouri comenzó su carrera al lado del excéntrico Bonnie "Prince" Billy cantando folk. Pronto grabó su primer EP Strange Cacti donde intentaba encontrar su propio estilo y que dio origen a su primer disco “Half Way Home”. Éste llamó la atención y dirigió las miradas a la chica que cantaba un folk, que parecía más punk, con una voz gutural y trágica. También se caracterizó por mostrar el rango vocal de la intérprete: en un minuto se hace dura y, como si quisiera aliviar el dolor en una misma oración, pronto serena su lamento logrando que las emociones atraviesen su garganta.
Además de esto las letras de Olsen son declaraciones a corazón abierto, Burn Your Fire For No Witness (Jagjaguwar, 2014), su segundo disco, es prueba firme de esto. Ella y su banda, Joshua Jaeger —baterista— y Stewart Bronaugh —bajo y guitarra—, presentaron en febrero de este año una contradicción que fue aclamada por la crítica: canciones de letras tristes interpretadas con furia irresoluta.
Se puede comparar la claridad de su voz con la de Sharon Van Etten, quien también se lamentaba por su fracaso amoroso en discos como Epic –de la misma disquera– (Jagjaguwar, 2010). Lo cierto es que Olsen acertó en contratar a John Congleton como productor, quien introdujo un estilo rusty y fresco para encarar el sufrimiento, diferente a la manera moderada de Van Etten.
Escuchar muchas de sus letras duele, se puede absorber su lamento y sentir empatía por un corazón roto. Angel Olsen consiguió hacer del dolor algo audible, su voz oxidada nos hace reconocer que no sufrimos solos, que la valentía de afrontar el dolor y resolverlo es producto de nuestra propia fortaleza. Las canciones que escuchamos son declaraciones de aliento o desesperanza, así es el disco de Olsen, aconseja a partir de experiencias y del dolor que la vida a veces causa. En “White Fire” declara : “If you’ve still got some light in you, then go before it’s gone, burn your fire before no witness, the only way it’s done.” [Si todavía tienes un poco de luz dentro de ti, huye antes de que se apague, quema tu fuego ante ningún testigo, sólo así se puede hacer.]
En su última canción, “Windows”, sólo se cuestiona: “Won’t you open a window sometime? What’s so wrong with the light? Are you dead?”. Haciendo como un grito desesperado hacia el amor, querer amar y ser amado es cuestión de dejar entrar la luz en la ventana. La luz y el fuego siempre presentes como elementos de curación de dolores pasados, la calidez de arrojarse y el miedo a caer es algo muy íntimo. Entender el mundo cuestión de perspectivas. Este disco representa la de Olsen, quien entendió que el mundo no se rige por verdades ni hechos, sólo por subjetividades.
Quemar fuego para nadie más que para uno mismo es una especie de fe personal, representa aliviar el dolor interior de manera que sólo uno puede entender.
Burn Your Fire For No Witness - Angel Olsen (2014, Jagjaguwar).