Un viaje en carretera, un gig en el patio trasero, o una tarde con una cerveza en la mano, son algunos de los escenarios ideales para disfrutar de este nuevo experimento. Veinte años han pasado desde que estos pioneros del thrash metal lanzaron su primer álbum "Burn my Eyes", y qué manera de celebrar su aniversario con la realización de uno más para la colección. Después de una espera de tres años, el nuevo álbum de los metaleros de Machine Head, titulado Bloodstone and Diamonds (NBE, 2014) fue lanzado a través de Nuclear Blast Entertainment este pasado 10 de noviembre. El título del disco puede sonar poco particular e incluso algo vacío, pero éste tiene toda una razón de ser, y lo cuenta Robb Flynn, fundador de la banda, para la revista Metal Hammer. El título tiene dos características que le dan el poder que necesita: la primera es que la piedra sanguinaria y los diamantes son dos de los materiales más duros en la tierra y así es como ellos se sienten acerca de su música (que muy claro lo tienen sus escuchas), explicando también que la piedra sanguinaria es utilizada en muchas culturas como amuleto de protección contra el mal. La segunda es que el diamante representa el símbolo de la banda, el cual Flynn diseñó 22 años atrás.
Pero ¿qué hay con el disco? No existe comparación con los resultados anteriores de este cuarteto, ni siquiera con aquellos que los llevaron al estrellato como Burn my Eyes o The Burning Red. La primer canción del mismo, titulada "Now We Die", empieza con unos violines y arreglos orquestrales, donde la primera impresión es que uno se equivocó de disco, pues se espera escuchar la mezcla de distorsión, gritos y ruido característico de estos cuatro estadounidenses. Pero después de que la intro llega a su clímax, empiezan a sonar esas guitarras que hacen difícil de creer que sólo son dos, ese bajo retumbante que te da la respuesta que esperabas del disco, una batería con un sonido casi sintético y artificial que caracteriza el toque de Tony Constanza y que Dave McClain adoptó, haciendo arreglos en dieciseisavas de vez en cuando acompañada de un doble bombo intenso y veloz y esa particular voz diabólica que caracteriza a Machine Head. Flynn afirma que su nuevo disco es muy pesado y tiene una vibra muy oscura y malvada, donde también hay mucho rock. A pesar de la espontaneidad que buscan mantener en su último disco, está muy presente la parte tenebrosa que describen.
Once canciones más parten después de aproximados siete minutos de la primer canción, en donde se aprecia el talento del grupo californiano no sólo en sus notas, acordes y arreglos, sino también en la producción que tiene este disco y las letras que ingeniosamente escribió el vocalista con la ayuda de los demás integrantes, siempre profundas y penetrantes al igual que en sus otros proyectos; pues ya sea "Darkness Within" o "Locust", siempre va a existir esa sensación de escalofríos y angustia al escuchar los versos del ex vocalista de Vio-lence. "Killers and Queens", "Beneath the Silt", "Damage Inside" y "Take me Through the Fire" son algunas de las canciones del álbum que han tenido más respuesta y atracción por parte de los fans, casi tanto como lo fue "Imperium" o "Locust" en sus ayeres. Una mezcla de rock con metal a un beat veloz, pero con un peculiar toque comercial que diferencia a este álbum de los otros, pues no espera sólo impactar a su publico de siempre, sino ir un poco más allá.
Los miembros afirman sentirse orgullosos del producto final de su nuevo material. Flynn aseguró haber mejorado sus reglas de composición, de arreglos y de producción. Las técnicas utilizadas para las letras mejoraron mucho pues el vocalista desarrolló mejores rimas, versos más pegajosos y de más fácil comprensión que penetran más en la cabeza de los oyentes, como el tipo de voces rapeadas que usaron en The Burning Red, siendo más fáciles de aprender y de recordar. "And as an army we will sing, the diamond bears our ring, killers and kings" - este verso sigue una métrica en pares que inconscientemente entra en lo más profundo de nuestro cerebro con una sola vez que la escuchemos, por ejemplo. Aunque, sin embargo, Bruce Dickinson siempre estará más orgulloso de la forma en la que Machine Head interpreta "Hallowed be thy Name".
El metal no ha muerto, y Bloodstone and Diamonds es la prueba máxima que lo asegura. Siempre penetrante rozando la línea de lo macabro, pero sin duda disfrutable, es como estos cuatro tan serios nos venden su nuevo proyecto. Es un disco para aquellos que buscan un nuevo sabor de boca dentro de este género... pero sobre todo para sus fieles seguidores.