[Reseña] Ben Gibbard- Former Lives

Las travesías alrededor del mundo son el pan de cada día para las bandas consolidadas. Cualquier persona pensaría que los músicos viven una vida perfecta llena de glamour, aventuras en lugares exóticos y riquezas. Irse de gira es uno de los trabajos más bellos, pero el degaste sonoro y espiritual cobra factura rápidamente. Se ansía el hogar —sin el odiado jet-lag y una cama propia— y se anhela estar fuera de los reflectores. ¿Qué es lo que se debe de hacer para recuperar la energía para crear un nuevo disco y gira? Muchos toman años para recargarse completamente y volver a ser los mismos. Otros no pueden con la presión y sus intenciones naufragan, dedicándose a otros menesteres. Por otro lado, existen casos especiales que utilizan su tiempo de regocijo y purificación para trabajar en proyectos alternos o una forjar una carrera solista.

Ben Gibbard es considerado como uno de los personajes más emblemáticos de la escena indie de los Estados Unidos. Un título que se ganó a pulso al ser la mente maestra de Death Cab For Cutie —que se congratula como uno de los mejores grupos del siglo XXI gracias a canciones como “I Will Follow You Into The Dark” y “You Are a Tourist”— y por demostrar con The Postal Service su polifacencia.

Former Lives (Barsuk, 2012) es el primer disco donde Gibbard se siente lo suficientemente cómodo para dejar a un lado los pseudónimos(All-Time Quarteback 1999-2002) o no tener que compartir crédito alguno en la realización de nueva música como en Home Volume V(Post-Parlo, 2003) disco conjunto con Andrew Kenny miembro de The American Analog Set. Un álbum que se ha tardado en cocer ocho años y que permite reinvidicar canciones que habían sido consumidas por el tiempo.

“Shepherd's Bush Lullaby” nos traslada a la campiña por medio de una sucesión de voces a capella. Mientras que “Dream Song” nos acerca a la necesidad de un descanso con tamborileo de armada y una guitarra tenue que recuerda a Elliot Smith. El sencillo “Teardrop Windows” es de las mejores canciones del disco y fácilmente podría convertirse en clásico, gracias a la combinación de líricas sobre mundos paralelos con una pegajosa melodía, que se desarrolla en una impregnada nostalgia: “Cause there’s too many vacancies /He’s been feeling oh so empty

“Bigger Than Love ” es una canción con un ritmo semejante a Arcade Fire, en la cual voz infantil de Gibbard se complementa con la semi-grave tonalidad rock-folk de Aimee Mann. Finalmente, “I'm Building A Fire” podría estar fácilmente en Plans (Atlantic,2005), álbum de Death Cab For Cutie, en la cual se vuelve a tocar la temática del amor tras la irreparable muerte. Un lúgubre segmento para terminar la función.

Former Lives es bastante difícil de digerir y llega a caer en repeticiones de contenido melódico y lírico. Se necesita escucharlo varías veces, o ser fan de Death Cab, para sacarle un alegórico jugo fresco. Un medio de catarsis que permite a Gibbard concluir un largo proceso de depuración, pero que deja un amargo sabor de boca.

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