Sueño de preparatoria: Fiestas llenas de juguetonas porristas superdotadas y guitarras con la distorsión al máximo en los altavoces. Ese espíritu fue retratado a la perfección en Treats (N.E.E.T., 2010), álbum debut del fiero dúo conocido como Sleigh Bells. En 2012, el sueño se volvió pesadilla. Derek Miller y Alexis Krauss regresan con un LP sombrío, pesado y etéreo: Reign of Terror.
El primer esfuerzo de Sleigh Bells se trataba de llevar el ruido al límite. Una competencia interminable entre las imponentes guitarras de Miller y la dulce y aguda voz de Krauss. Reign of Terror muestra que el dúo ha entendido mejor los alcances de su sonido. Sus canciones dejaron de ser una constante saturación al oído para convertirse en ondas discretas. La guitarra y la voz dejan de ser distractores que evitan escuchar lo demás que se ofrece en el disco.
La temática también es bastante distinta, mientras Treats era una fiesta interminable, el nuevo LP está inspirado en trágicos sucesos recientes en la vida de Miller: la muerte de su padre en un accidente sobre ruedas y la batalla de su madre contra el cáncer. Este disco suena a una terapia para estas experiencias, Miller aumenta el nivel de agresividad de las cuerdas, mientras que Krauss saca el lado más dulce de sus antecedentes pop para consolarlo.
“Comeback Kid” es el único sencillo evidente. Es la canción donde la voz de Alexis luce más y el resultado final es inofensivo. El resto es mucho menos acelerado, sus partes crecen lentamente hasta explotar en riffs que parecen inspirados en referencias tan dispares como Def Leppard y AC/DC. Fanáticos del rock más clásico encontrarán “Demons” como lo más destacado; corte ideal para soltar puñetazos al aire. Otras como “End of the Line”, “You Lost Me” y “Never Say Die” pecan de ser demasiado parecidas; susurros encima de beats pesados donde Krauss se lamenta por amores perdidos.
Reign of Terror no será un disco que catapulte la carrera de Sleigh Bells al siguiente nivel. Tampoco logra superar la emoción de sus primeras canciones, pero consolida su estilo como una firma única. Pasan la difícil prueba del segundo álbum sin mucho mérito, aunque sin problemas. No es un paso adelante, pero tampoco hacia atrás.