Por Cristopher Echenique (@Echenique_Mx)
Una de las propuestas más criticadas por la comunidad hispana, y al mismo tiempo, de las más festejadas por simpatizantes en los actos de campaña del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido levantar un muro en la frontera de EEUU con México, la cual comprende más de 3 mil kilómetros. Tarea que según los expertos en construcción, sería sumamente compleja y estaría rodeada de dificultades técnicas, desde su planeación, hasta su construcción y mantenimiento, además de que se enfrentaría a numerosos obstáculos burocráticos, diplomáticos, ambientales, económicos y logísticos.
No es la primera vez que se pretende colocar una barrera en esta frontera. En la administración de George W. Bush, 1,200 millones de dólares fueron destinados a la construcción de la actual cerca, pero el gobierno afrontó un sinfín de obstáculos. Al final se construyeron 1,046 kilómetros de cerca, lo que incluye una valla de acero en zonas urbanas, barreras para vehículos y postes de acero.
Según el Maestro en Ingeniería y profesor de la Universidad Iberoamericana, Víctor Antonio López Rodríguez, de realizarse, este muro podría terminar costando un 50 por ciento más que lo calculado por Trump, además de que su construcción supondría un reto sin precedentes por la complejidad de la obra, por las características geográficas de la zona, y la ubicación de las plantas cementeras respecto a línea fronteriza.
El magnate, quien es propietario de varias constructoras, también ha insistido en que México lo pagará, pero no ha aclarado cómo. Quizá planee hacerlo mediante el aumento a las comisiones en las remesas o con la imposición de impuestos arancelarios, medidas que serían extremadamente impopulares y repercutirían en los estadounidenses, además de que irían en contra de tratados bilaterales.
Por otro lado, muchas organizaciones han sido unánimes en negar que dicho proyecto podría financiarse con la reducción del déficit fiscal de Estados Unidos con México, y lograr que el gobierno mexicano pague la obra directamente sería imposible. Al respecto, el presidente, Enrique Peña Nieto, ha dicho en múltiples ocasiones que no había ninguna situación en la que México pudiera pagar el muro.
Al ser cuestionado por el periodista Bob Woodward, sobre qué medidas tomará para obligar a México a pagar, el candidato respondió: “Créeme, cuando rejuvenezca a nuestros militares, México no querrá jugar a la guerra con nosotros, qué te puedo decir, no querrá jugar a la guerra con nosotros”.
En una entrevista concedida para Ibero 90.9, el biólogo investigador de la CONABIO (Comisión nacional para el conocimiento y uso de la biodiversidad), Dr. José Aristeo Sarukhán Kermez, quien fuera rector de la UNAM de 1989 a 1997, fue enfático al expresar que no merece la pena considerar como factible la propuesta de Trump, misma que señaló de ´absurda´ ya que va en contra del proceso que se ha realizado a lo largo de muchos años por parte de ambas naciones en pro de las reservas de la biósfera que se encuentran en ambos lados de la frontera, además de destacar la existencia de parques binacionales que se han establecido para la conservación de la flora y fauna. Indicó que los organismos que se han desplazado por milenios por esos caminos, no deberían pagar las consecuencias de estas políticas sin sentido, y de llevarse a cabo, repercutiría especialmente en los mamíferos que se mueven por tierra, entre otras especies que habitan la zona.
En otro escenario, miembros de una comunidad nacional republicana sobre seguridad, plantearon cuestionamientos como: si superan los beneficios en seguridad de fronteras, el riesgo de enemistarse con México y Canadá; o si deben las opiniones o deseos de los gobiernos de México o Canadá tomarse en cuenta en lo referente a cercas fronterizas.