Por Francisco Hernández Ramos ¿Es efímero el arte de El Muertho TJ? ¿Es verdaderamente profunda su decepción, o acaso sólo es una máscara trágico-cómica-musical? ¿Es posible que en estos tiempos haya alguien que universalmente hable por todos los afligidos y rechazados, sin que ésta sea su intención? Las respuestas a dichas interrogantes, pueden encontrarse en los once tracks que componen el estreno discográfico de Balthazar Hernández –a quien se le conoce mejor como El Muertho de Tijuana– quien está más emparentado con "Mis Enlutadas", hermoso poema lúgubre de Manuel Gutiérrez Nájera, que con una mala broma pocha para el Halloween.
¿Quién es El Muertho? ¿Una promesa en medio del decepcionante panorama del rock mexicano, o acaso es nada más que una graciosa ocurrencia para sentirnos chacaleros y hardcore? El Muertho no es una broma. Hay que tomarlo muy en serio.
En “Viejo Decrépito”: "viejo tonayero / viejo cocaino / Y hasta maricón / muérete perro", este músico-callejero-venido-a-más, se observa patéticamente en el espejo. Para el track “En el Edén”, se convierte en defensor de los desprotegidos con quien se identifica él mismo; en la canción “Me Suicidaré” se erige en un profeta de las nuevas escrituras y en “Ha Regresado” enlista una serie de nuevos cristos entre los que se encuentran Chicharito, Britney, Marilyn Monroe, e incluso él mismo; como un verdadero predicador, su origen está junto a vagos y locos.
Desde la entrevista con Vice su vida ha cambiado. Hoy lo invitan a“tokines” y bares fresas, hoy lo escuchan porque lo hayan cool y gracioso. Las puertas de la escena se le han abierto para poder predicar su mensaje poético, musicalizado con sonidos cercanos al primer Café Tacvba y a San Pascualito Rey, con una fuerte dosis de synth pop ochentero, en una versión rústica, casi minimalista, a veces plana, industrial y repetitiva.
https://www.youtube.com/watch?v=g4uKCXNNXkg
El Muertho es una propuesta bien definida. No es un disfraz, ni una pose. Su maquillaje es la nueva cara de Balthazar, que lo pone en la misma sintonía del Peter Gabriel más teatral del Genesis más artístico. La fragilidad de la propuesta se encuentra en el punto de inflexión entre lo espontáneo del arte más sincero de un homeless al borde de la demencia y la pretensión más absoluta de conquistar un público que le gusta lo chistoso; entre las calles y los grandes escenarios. Antes, con un álbum quemado en CD vendido en sus tocadas donde insertaba su tarjeta de presentación (para ganar tocadas en fiestas de quinceaños, incluso) y ahora tras la re-producción y re-grabación de varios tracks bajo la batuta de Erick Canales, se ambiciona un Muertho con todo y cuenta de Periscope, ahora que lanzó el álbum Padre Santo, disponible en su servicio de streaming favorito.
Aquí es donde puede estar su tumba, pero eso lo determinará el tiempo, cuando demuestre si este es un mensaje sincero y universal o sólo se trataba de un chispazo chistosón. ¿Recordaremos a Balthazar como El Muertho de Tijuana, o se quedará en nuestra mente como un chiquidrácula del rockcito nacional?
http://m.youtube.com/watch?v=ZjseOmVRiDI