Fotos: Andrea Solis

A lo largo de sus cinco ediciones, el Festival Hipnosis se ha caracterizado por brindarnos un banquete sonoro en el que desfilan géneros como el fuzz, el rock o la psicodelia, convirtiéndose así en uno de los acontecimientos más esperados en nuestro país. Muchos han sido los talentos de talla nacional e internacional que han dejado huella, tal es el caso de quienes inspiran estas líneas: Osees.

Oh Sees, Thee Oh Sees o simplemente Osees, son una banda comandada por John Dwyer que el pasado sábado 5 de noviembre dieron una cátedra punk de alto impacto durante la quinta edición de este festival.

Con un público ansioso por verlos en acción, el quinteto oriundo de San Francisco se encontraba más que preparado sobre el escenario con dos imponentes baterías listas para ser destrozadas. Fue entonces que el duelo de baquetazos dio inicio con Dan Rincon y Paul Quattrone para recibir a Dwyer en el micrófono e interpretar su primera canción: “Withered Hand”, que a pesar de verse opacada por las fallas en el sonido, no sería motivo para que la energía desapareciera.

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Posteriormente y al grito de “¡súbanle!” llegaría el turno de “Toe Cutter-Thumb Buster”, para después continuar con las cuerdas hipnotizantes de “Animated Violence”. Se acercaría el momento de que “Funeral Solution”, track abridor de su más reciente álbum A Foul Form, reventara los oídos de las y los asistentes y que además fuera el detonador de una ola de cerveza en el aire acompañada de un legendario moshpit que continuaría con “Scum Show”, “Fucking Kill Me” y “A Foul Form”.

La tarde era electrizante y con una transición casi perfecta para darle bienvenida a la noche, el sol se escondía mientras los Osees continuaban con un setlist no apto para tímpanos sensibles con “The Static God”, “The Dream>The Daily Heavy” y “Tidal Wave”. Como si pareciera no ser suficiente, Dwyer y compañía seguirían provocando headbang a diestra y siniestra con “Rogue Planet” y su “Encrypted Bounce”.

El tema encargado de ponerle fin a tan explosiva presentación sería “I Come From The Mountain”, del Floating Coffin.

Tras una intensidad sonora brutal e inigualable, Osees se despidió del escenario, dejando satisfecho a un público que se les entregó de principio a fin.

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