Lo noté hace 10 años –en 2002– mientras caminaba por la calle de Hamburgo, en la Colonia Juárez: de la nada, una panadería cuyo nombre se escribía con caracteres asiáticos, operaba junto a un videoclub decorado con afiches de películas de Oriente. Unas breves escaleras entre ambos negocios, llevaban al piso superior donde se encontraba el restaurante ‘U Rae Ok’ donde curioso, probé por primera vez el bul-go-gi (res marinada, servida con lechuga), la sopa de verduras chigae y la col con salsa kimchi (una especie de picante similar al achiote yucateco). Era una gastronomía que no tenía nada que ver con el sushi, la cocina cantonesa o vietnamita. Llevar a mis amistades y familia a este restaurante –y de paso– conocer el nuevo barrio coreano, se convirtió en todo un novelty act: junto a las panaderías surgieron peluquerías, billares, karaokes y más restaurantes –en algunos era más bienvenido que en otros (exclusivos para la comunidad)– . Para mis sobrinos, la idea de entrar a una tiendita a comprar refrescos de aloe, dulces de frijol y galletas de arroz, se convirtió en una añoranza asociada a la de visitar la casa de su tío: ocurre que vivo a unas cuadras de las manzanas comprendidas entre Salamanca, Florencia, Chapultepec y Reforma. ¿Quién imaginaría que ahí se escondía todo un enclave urbano de inmigrantes? ¿Será una desgracia la que los ha traído a este lado del planeta? o ¿Estarán aquí por gusto, traídos por nuevas oportunidades para el comercio de su boyante nación?

Cruzar una palabra con los tenderos, no fue fácil: en el ‘Super URI’, ubicado en la calle de Londres, a unos pasos del Metro Sevilla, pregunté el significado de lo que por circunstancia, era un diminutivo de mi nombre: con resultados escuetos, la dueña me explicó que ‘URI’ significa “Nosotros”, es decir, los que vivimos en esta comunidad. En el Barrio Coreano, ellos juegan de locales.

“Gangnam Style”, la novelty song de temporada –con más de 350 millones de vistas en YouTube– trata sobre el estilo de vida glamoroso de Gangnam, en Seúl. Un área de la ciudad similar a lo que fue la Zona Rosa en los ‘60, o la Roma/Condesa en la actualidad. Qué extraño resulta entonces que el pasado viernes 28 de septiembre, la estación Alfa 91.3 haya juntado a sus fans en El Ángel de la Independencia (a metros del Barrio Coreano), para hacer un baile multitudinario de la que ha sido tropicalizada como “El Alfa-Paso del Caballo”. ¿Es esta la nueva “Macarena” o el nuevo “Payaso de Rodeo”?

Mi conclusión es simple y curiosa: esta canción es sólo la primera gota de un aguacero cultural coreano (y asiático) que se nos vendrá en lo que resta del Siglo XXI. Y de modo consciente o inconsciente, ellos nos están haciendo bailar a su paso: el de la globalización. Memoricen el concepto clave: K-Pop (o pop coreano).

Y no hay que tomarlo con xenofobia, ni mucho menos: hay que abrazar tanto las bastardizaciones que surjan de “Gangnam Style” en cumbia y/o corrido, tanto así como las primeras taquerías mestizas que sirvan tacos al pastor con salsa kimchi.

Texto originalmente escrito para Publimetro: editado el 5 de octubre del 2012

"Oppa Mexi Style" <- Parodia chicana