Foto por Mónica Garrido.
Es imposible negarlo: la distancia sí importa. Por más que se quiera negarlo el hecho de que Fábrica, donde se llevó a cabo las emisiones de Nocturno, se encontrara en la zona industrial del municipio de Tlalnepantla (Edo de Mex) si se resentía; principalmente si se había asistido al primer Nocturno. Además, como si hiciera falta, la temperatura ambiental disminuyó en la segunda noche, mismo que inevitablemente afectó a los asistentes. Pero de forma increíble, estos aumentaron en número hasta el punto de volver intransitables los caminos entre los escenarios. La segunda noche el escenario principal, la Sala A, fue inaugurado por Artificiel, un dueto compuesto por los canadienses Alexandre Burton y Julien Roy. Completamente apartado del Techno que dominó la primera noche, presentaban una pieza encargada llamada “Three Pieces with Titles” (“Tres piezas con títulos”) en la que se enfocaron en una composición de diferentes sonidos que se sobreponen en loops para crear una enorme pieza que, además, se iba proyectando en la pantalla trasera. Esta fue una experiencia asombrosa para iniciar la segunda sesión de shows nocturnos.
Foto por Cacho. Inmersas en una oscuridad profusa, las suecas Anja Enerud y Sofia Al Rammal de Orphan Ann hipnotizaron a la audiencia en la Sala C con la mezcla o simbiosis de sus voces, atmósferas sonoras densas con una serie de luces que irrumpían la oscuridad y dejaban asombrados a los espectadores.
Foto por Feli Gutíerrez.
De los actos más anhelados de todo el festival era la presentación de Telefon Tel-Aviv; un mito urbano; de esos actos que llevan todo el milenio sorprendiendo con su trabajo y que nunca se llegó a pensar que vendría a México (Gracias MUTEK). Con un show a base de puertas luces blancas, su clásico IDM, mientras digitalizaba su voz en diversos temas, se mezclaba en ciertas canciones con el Ambient más reciente . Al final de la presentación Joshua Eustis agradeció en su totalidad a la audiencia en un buen español y anunció que habría segunda parte de su acto, pues tocaría junto a Second Woman en el cierre de la Sala C.
Foto por Óscar Villanueva. Los cambios no paraban en la Sala A. Después de Teléfono Tel-Aviv continuó el dueto canadiense de Simon Chioini y Félix Félix Gourd Gourd bajo el seudónimo Music Nouvelle, mismo que regresó a MUTEK las pasos de baile y el Techno del día anterior. El dueto son el perfecto ejemplo de cómo el talento no tiene que estar alejado del público, ya que era común verlos caminar entre escenarios o por la zona de comidas.
Foto por Óscar Villanueva.
Uno de los artistas que no necesitaban presentación fue Thomas Fehlmann, pues más de tres décadas de trabajo respaldan el show del ya legendario productor alemán. Con el mayor lleno que registró la Sala B en ambos días, el también miembro de The Orb regaló al público mexicano un set mucho más bailable que aquel interpretado el viernes en la sesión de Ambient en el Foro Blackberry.Metódico y preciso en sus mezclas, Fehlmann fue uno de los héroes de la edición 14 de MUTEK México Las historias son ciertas: Squarepusher es real y visitó México. Y sí, los que estuvieron presentes ya pueden presumir que atestiguaron historia frente a sus ojos. El legendario Tom Jenkinson pisó nuestro país por primera vez en sus más de veinte años de carrera y dejó claro el porqué se le considera uno de los referentes obligados del denominado Intelligent Dance Music. Enfundado en un traje plateado con una máscara de esgrima, en cuanto la primer nota de "Stor Eiglass" sonó toda la atención fue raptada por el productor inglés; visuales desquiciantes e invasivos acompañaban a un set invasivo e impactante. Jenkinson dejó en claro que aquella figura de los noventas, jazzera y melódica, ha quedado en el pasado para darle paso a algo más parecido a un Cyborg.
Foto por Cacho. La opción para todos aquellos que no le entraban al atasque audiovisual de Squarepusher se encontraba en la Sala B. El dúo alemán KettenKarussell, representado por Leafar Vogel, el cual era el encargado de cerrar dicha sala en esta edición de MUTEK, presentó un techno ambiental con tintes de dub que tenía atrapados a los espectadores los cuales no dejaban de bailar a pesar de que fueran las cuatro de mañana. Todo inevitablemente tiene un fin, incluido MUTEK. Para está decimocuarta edición los encargados de dar cierre fueron los ingleses de Dark Sky, y vaya que sí cumplieron con su set. A pesar de ser el último acto, ellos no buscaban tranquilizar los ánimos ni correr a nadie; al contrario, la selección de los firmados en Monkeytown Records invitaba al baile y a seguir moviendo los puños en el aire en pos de que Mutek nunca terminara.
Foto por Óscar Villanueva. Una vez más la vanguardia de la electrónica fue traída a tierras aztecas, cortesía de uno de los festivales más propositivos y arriesgados con el que contamos los mexicanos. Larga vida a MUTEK y anhelamos presenciar lo que traerán para su quinceavo aniversario.
