Música para coger: Jandek y 40 años de Ready for the House
La primera vez que lo escuchas tal vez no te atrapa por completo. Desde el principio sabes que se trata de algo extraño: la guitarra que suena parece que lleva años sin ser afinada y, por algún motivo retorcido, una persona decidió grabar un disco entero con ella. La voz no suena armoniosa, parece estar en un limbo entre lo hablado y lo cantado. Y todas las canciones parecen ser la misma. Tal vez la primera vez que lo escuchas lo quitas después de diez minutos. O a lo mejor algo de este se queda en ti, jamás te habías encontrado algo así, y como una muela que duele y la empujas con tu lengua constantemente, no puedes parar de pensar en él. Y por eso regresas al mismo, una y otra vez, más que para disfrutarlo, para comprenderlo, pero nunca lo logras. Y este, como aquel sueño que termina convirtiéndose en pesadilla, nunca te deja.
Esta visión, por llamarla de alguna manera, nace en 1978, o por lo menos es cuando nace para nosotros. Desde la presentación, Ready for the House se ve como un álbum misterioso. La portada: una sala vacía, sin ningún texto encima de esta imagen. Detrás: el nombre de Jandek (originalmente el disco fue atribuido a “The Units”, pero este nombre fue sustituido por Jandek ya que una banda llamada The Units ya existía) y el nombre de Corwood Industries, la disquera. La demás información es un número de serie, una dirección de correos, y el código de barras. Dato curioso: solo se vendieron dos copias de Ready for the House entre 1978 y 1980.
Antes de entrar a todo esto, tal vez se debería de explicar quién es Jandek, pero en realidad nadie lo sabe a ciencia cierta. Ready for the House es su primer álbum, y desde 1978 ha sacado más de setenta, pero durante todo este tiempo (o por lo menos hasta el 2004) ha mantenido un enorme nivel de secrecía. Todas las portadas de sus discos son fotografías de lugares vacíos, o retratos extraños del mismo hombre, quien se cree es el autor intelectual detrás de Jandek. Pero se ha dicho que esta persona es simplemente “un representante” de Corwood Industries. A través de su carrera ha dado pocas entrevistas, y la mayoría no responde ninguna de las dudas que la mayoría de sus seguidores tienen. En el 2004, Jandek se presentó por primera vez en vivo en Irlanda, y desde ese entonces ha tenido varias presentaciones, pero el hombre que normalmente toca en vivo también es referido como el “representante” de Corwood Indsutries. Si de apuntar a alguien se trata, Sterling R. Smith es un nombre con cierto peso en la historia de Jandek, puesto que él es el que maneja varias cosas de Corwood Industries y hasta es la persona que ha asistido a las entrevistas, aunque en ninguna de ellas, y en ningún otro lado, ha admitido que la música de Jandek fue escrita por él.
¿Qué decir sobre Ready for the House? Alguna vez, en una entrevista, Smith dijo que todo lo que se necesita saber sobre la música está en los discos en sí, lo cual hace mucho sentido, hoy en día nos encontramos obsesionados por saber todo sobre el artista, cuando lo que más importa, y más habla, es su arte. Si pudiéramos disecar Ready for the House como esa ranita que cortaste en la secundaria en laboratorio, quedaríamos con varias partes importantes. La guitarra es una. En todo el álbum lo que escuchamos no es más que guitarra y voz. Una guitarra acústica que suena a la guitarra más desafinada en todo el mundo. Pero en realidad es todo lo contrario, Jandek afinó su guitarra de manera micro tonal (un micro tono es el intervalo musical menor que un semitono) y por eso suena tan raro al oído, no son notas que estemos acostumbrados a escuchar. Toda la guitarra en el álbum suena exactamente igual porque el músico que la toca nunca toca los trastes, sino que siempre suena las cuerdas al aire.
La música crea una tensión impresionante, la afinación de las cuerdas hace parecer que, con cada rasgueo, esta se va a romper. Y la repetición igualmente contribuye a este sentimiento de angustia e incertidumbre. El escucharla tanto, produciendo siempre el mismo sonido, hace que la guitarra se convierta en el soundtrack de una pesadilla. Pero no de algo necesariamente terrorífico, sino más bien inquietante, imagina una antigua casa vacía, o un espejo sucio. La voz es como sacada de un álbum de blues, aunque igualmente suena un poco desafinada. La única canción que es diferente en todo el álbum es la última: “European Jewel (Incomplete Version)”, donde Jandek cambia de la guitarra acústica que usa en las otras ocho canciones a una guitarra eléctrica, y en este si toca los trastes, pues las cuerdas suenan diferentes. Esta canción termina, como su nombre lo indica, abruptamente, dejándola inconclusa.
En realidad son las letras lo que verdaderamente amarra todos los elementos y les da su esencia de sueño y surrealismo. “I had a vision” es la primera línea del álbum, de “Naked in the Afternoon”, tal vez como para anunciarnos lo que se viene. Todas las letras las podemos leer como poesía surrealista del siglo XX, y aunque podemos leer dentro de ella algunos motifs de las letras del blues, suena más que estamos frente a un cadáver exquisito que a una narración lineal. Es como si las letras nos trataran de describir un sueño manteniéndose fiel a la naturaleza fragmentaria y atemporal del mimo. Canciones como “They Told Me About You” tienen extraños juegos de palabras, como: “Forever to time / Forever do mine” que al buscarles sentido tal vez nos quedemos cortos de este, sino más bien necesitamos interpretarles como una especie de stream of consciousness inconsciente. “I see your insides aren’t the same since 1951 / You’re dying inside a window” es otra extraña frase que adorna la rola llamada “They Told me I Was a Fool”. En todas las canciones se repiten motifs, como recurrentes cartas que le llegan a la voz poética, extraños personajes, como un hombre que camina con botas de vaquero y un esquimal, enfermedades y mutilaciones. Aunque no diría que las letras son violentas, ni mucho menos espantosas, sino simplemente son, visiones de un lugar recóndito de la mente humana que pocos se atreven a explorar.
En el mundo de la música, y en casi todo lo demás, la gente muchas veces busca lo que se siente bien, lo que produzca placer. Y analizando tanto Ready For the House como prácticamente toda la obra de Jandek, nos encontramos con que esto no es el caso. La música no es bonita. Y si lo viéramos desde un punto de vista más teórico o crítico, muchos dirían que la música es mala. Pero es obvio que no podemos analizar a Jandek junto a otros músicos como, digamos, Los Beatles. Jandek existe por sí solo, no por nada se le conoce como un artista outsider. No podemos analizar su música en términos convencionales por que justamente existe fuera de las convenciones. Más bien, no tendríamos por qué analizarla de manera tan rigurosa, punto. Si no más bien escucharla como lo que es: experimentación, exploración, sueño y muerte. Una búsqueda poética. ¿De qué? Para eso hay que seguir escuchando. Y pensar en Jandek, más que como un músico, como un poeta, que se enamora de las cosas de las que los demás normalmente tienen miedo, y que las toma por más que duelan.