A planchar el cárdigan: calentando motores para Belle and Sebastian
Como sabría cualquier buen fan de bailar solito en su cuarto, Wes Anderson —o los suéteres— regresa este jueves, por tercera vez, al contaminado monstruo que denominamos CDMX. Belle and Sebastian se presentará en el Frontón México para brindarnos una noche de pop y lágrimas, porque, si esta banda está compuesta de algún material, obviamente son esos dos.
A motivo de esta visita, les traemos algunas de las mejores rolitas del conjunto de Glasgow; para que vayan escogiendo su suéter favorito y escuchen esas dulces melodías que han sido el soundtrack de toda angustia juvenil. Esta recopilación está dulcemente dirigida a esa raza de personas que se pone retriste en verano; porque sí, sí existen.
“The State I Am In” de Tigermilk (1996)
Como todo empezó. Stuart Murdoch (cantante y escritor de Belle and Sebastian) comenzaba a juntar a la banda. Richard Colbourn (baterista) estudiaba en la universidad de Stow, en donde la disquera de ésta —llamada Electric Honey Label— producía un disco al año para usar de ejemplo en el curso. Después de que Murdoch y Colbourn realizaron un demo, la disquera decidió producir Tigermilk.
Ya desde aquí, Belle and Sebastian lleva los sentimientos a flor de piel y muestra sus habilidades. Murdoch teje narrativas en donde la tristeza y la melancolía son protagonistas en sus personajes, mientras que la banda ejecuta dulces melodías pop que crean un delicioso contraste con el negro liricismo de Stuart.
“The Boy with the Arab Strap” de The Boy with the Arab Strap (1998)
No dudo que muchos hayan conocido Belle and Sebastian de forma orgánica (los “true” se les dice). Pero tampoco dudo que muchos hayan llegado a ellos gracias a uno de los filmes de estatus cuasi bíblico de la angustia juvenil: 500 Days of Summer. Esta canción brilla por ser una de las joyas del álbum del mismo nombre. Existe una perfecta combinación entre una melodía que hace que te den ganas de bailar como dios manda y una letra sobre el rechazo a la monotonía; aquel horrible y asqueroso aburrimiento que muchos hemos llegado a sentir en una vida en la que parece repetirse lo mismo a diario. “Colour my life with the chaos of trouble / ‘Cause anything’s better than posh isolation” se sostiene como una de las letras más poéticas, simples y dulces que se han escrito en la historia de la música.
“If You’re Feeling Sinister” de If You’re Feeling Sinister (1996)
La magnus opus de Belle and Sebastian, tanto el álbum como la canción. Después de Tigermilk, la banda firmó con Jeepster Records. Poco después del primer álbum lanzaron If You’re Feeling Sinister, que tardó siete días en total en ser completado y es, indudablemente, la obra maestra de esta banda. Esta canción engloba todo lo que representan. En ella, vemos al genio creativo de Murdoch al cien: personajes miserables y confundidos, pero siempre presentados con ese humor retorcido y un poco obscuro que caracteriza a Stuart. Escuchar “If You’re Feeling Sinister” es reconocerte inmediatamente en la canción. Si alguna vez te has sentido incomprendido o aburrido con tu vida, si alguna vez has sentido que no perteneces a ningún lugar. “How and why and when and where to go”, como el mantra de los rechazados.
“Me and the Mayor” de If You’re Feeling Sinister (1996)
¡Ajua!, algo rápido y movidito para bailar a gusto. “Me and the Mayor” habla sobre lo que todos los chavos hemos sentido alguna vez en nuestra vida: que los adultos no nos comprenden, y que nunca lo harán. El Mayor siendo el epítome del adulto al que le vale. Es más, que se cree hasta superior y mejor que uno por el simple hecho de ser mayor. Rebeldía juvenil en la forma de una canción pop: “They’re taking it out on us!”
“Sleep the Clock Around” de The Boy with the Arab Strap (1998)
Una canción sobre mejorar —o, por lo menos, intentar mejorar— y sobre lo difícil que es llevar esto acabo. Sobre los pequeños esfuerzos y los pequeños no esfuerzos. Pero más que una queja al proceso de “mejorar”, es una oda a éste y de cómo, a veces, es mejor reconocernos perdidos que luchar en contra. La música es repetitiva, pero siempre se le agregan elementos nuevos. Mientras progresa la canción, ésta crece en intensidad, acabando con unas trompetas y gaitas que bien podría ser el sonido de la recuperación.
“Piazza, New York Catcher” de Dear Catastrophe Waitress (2003)
Más allá de las referencias al béisbol —específicamente a Mike Piazza—, “Piazza, New York Catcher” es una canción de amor tanto simple como bonita. Pero no habla exactamente una relación novio/novia. En esta canción se toca mucho el tema de la homosexualidad, dando a entender que una de las dos personas en esta relación es gay y, por ende, no son novios. Tal vez habla de que el amor va más allá de una relación física, y que puede verse reflejado en una amistad. Definitivamente, Dear Catastrophe Waitress no es uno de los mejores álbumes de Belle and Sebastian, pero alberga joyitas como esta.
“Nobody’s Empire” de Girls in Peace Time Want to Dance (2015)
El último álbum de Belle and Sebastian, Girls in Peace Time Want to Dance, recibió críticas mezcladas. Mientras unos aclamaban su nuevo sonido por haberse dado a la tarea de superarse, otras personas se aferraban a la banda más barroque pop que conocían antes. Lo que pasa es que GIPTWTD incluía varias canciones que se alejaban de su naturaleza análoga, e incluían elementos más dance y de música electrónica. Pero el cambio nunca es malo; más bien, nos da miedo. Por eso, este álbum vale la pena como cualquier otro. En esta canción, Murdoch habla sobre su síndrome de fatiga crónica e, igualmente, toca otros temas recurrentes en las letras de Belle and Sebastian; como lo es la infancia y la nostalgia por otras épocas.
“This is Just a Modern Rock Song” de This is Just a Modern Rock Song (1998)
Cada nota derrama una tristeza agridulce y melancolía. Esta es una de las canciones más grandilocuentes de Belle and Sebastian gracias a su extensión y a la manera en la que crece. Las letras son clásicas de la banda: personajes tristes y confundidos, alusiones a literatura y la exploración de las fallas personales. La canción acaba con una de las letras más bonitas con las que ha cerrado alguna canción: “I count "three, four" and then we start to slow, / Because a song has got to stop somewhere”. El reconocimiento de los límites de uno, y el saber que es bueno luchar pero que, en algún punto, hay que descansar son algunas de las ideas que promueve esta canción.
Belle and Sebastian se presentarán este jueves 14 de junio en el Frontón México como parte de su gira promocional de su último lanzamiento; una trilogía de EPs titulada How To Solve Our Human Problems. Puedes comprar tus boletos aquí. Corre porque ya hay pocos.