Murina: un vistazo 'sunny-noir' a la violencia doméstica
Murina cuenta una vivencia de rabia; la rabia de ser hija. Dicha situación se personifica a través de Julija, una joven croata que debe lidiar con la violencia mezquina e infantil de su padre ex-marinero, así como la sumisa indecisión de su madre ante todos sus actos de opresión. Con la llegada de Javi, un viejo amigo millonario de su papá, Julija descubre que quizás todo estaría resuelto si tan sólo su padre fuera él.
Este vistazo al interior de una infernal dinámica familiar (contrastado con el idílico paisaje natural de una costa en Croacia) es la opera prima de la croata Antoneta Alamat Kusijanovic, quien también hizo el guión.
Condecorado con el premio de la Cámara de Oro a la Mejor Ópera Prima en el Festival de Cannes del 2021, este largometraje relata la degradación de una relación filial que de inicio era insoportable. La cinta inspira tantas emociones que rayan en lo visceral, que definitivamente resulta difícil mantenerse indiferente. Esto lo logra con la ayuda de un trabajo de cámara que remite a la claustrofobia, a pesar de la apertura del ambiente marítimo y la oscura profundidad del agua.
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Además de un diseño sonoro que no le teme a jugar con el volumen de ruidos turbulentos, agitadores y a ratos, incluso desagradables. Sean sonidos de ambiente o musicalización, este recurso se utiliza a lo largo de la película como una forma más intuitiva de representar la presencia disruptiva del padre de familia, pero también aparece en momentos de pánico, suspenso y creciente enojo.
En el marco del Festival Internacional de Cine Guanajuato, Murina fue proyectada en el Teatro Bicentenario de León, Guanajuato, como parte de la continua colaboración entre el GIFF e industrias cinematográficas internacionales. En este 25 aniversario del GIFF, se convocó a Croacia como país invitado.
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